viernes, 14 de noviembre de 2008

El Gobierno español aprueba un reglamento de eficiencia energética en alumbrado exterior

MADRID.- El Consejo de Ministros aprobó en su reunión de hoy el Reglamento de Eficiencia Energética en Instalaciones de Alumbrado Exterior, que afecta tanto a bienes públicos como a los privados situados en el entorno de la vía pública.

En una nota, el Ministerio de Industria indica que los objetivos del nuevo reglamento son mejorar la eficiencia y el ahorro energético, limitar el resplandor luminoso nocturno o contaminación luminosa y, en tercer lugar, reducir la luz intrusa o molesta.

La nueva normativa se aplicará sólo a nuevas instalaciones o a reformas significativas de instalaciones, y únicamente cuando se superen los 1.000 vatios.

El Real Decreto aprobado hoy entrará en vigor el 1 de abril de 2009 y es el desarrollo de una de las principales medidas del Plan de Ahorro y Eficiencia Energética 2008-2011.

Su aplicación se producirá en paralelo al vigente Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión, que ya estableció las condiciones de seguridad de las instalaciones de alumbrado exterior. Industria destaca que ésta es la primera regulación estatal de estas características que se realiza en España.

El departamento dirigido por Miguel Sebastián sostiene además que la puesta en marcha del nuevo reglamento se inscribe en las seis líneas estratégicas de lucha contra el cambio climático aprobadas por el Gobierno el pasado mes de julio, de las que el componente energético está presente en tres de ellas, que son la movilidad, la edificación y la sostenibilidad energética.

Como desarrollo de la estrategia, el 1 de agosto el Gobierno aprobó el Plan de Ahorro y Eficiencia Energética 2008-2011, una de cuyas principales medidas consiste en la mejora de la eficiencia de las instalaciones de alumbrado exterior.

La norma aprobada hoy establece requisitos mínimos de eficiencia energética de las instalaciones, limita los valores máximos de luminancia, fija los valores máximos de emisiones luminosas, requiere un régimen de funcionamiento inteligente, determina las características energéticas de las lámparas y exige una programación sistemática de mantenimiento.

El reglamento fija además niveles de iluminación en función del uso del espacio exterior, caracteriza los espacios abiertos a efectos de la contaminación lumínica y establece niveles mínimos de eficiencia energética, pero sin atacar el producto (la lámpara), sino atendiendo al número de lámparas por metro cuadrado.

La norma afecta a todo el alumbrado exterior y limita las emisiones luminosas hacia el cielo, salvo en días festivos y en fechas navideñas. En estos casos, sí se permite la iluminación genérica, pero se limita la potencia por metro cuadrado de calle.

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