viernes, 21 de noviembre de 2008

El Gobierno español debe aplicar una política fiscal expansiva para salir de la crisis, según Goldman Sachs

MADRID.- El Gobierno español debería aplicar una política fiscal expansiva para contrarrestar los efectos de la crisis financiera internacional, ya que la situación de las cuentas públicas está "relativamente saneada", según afirmó hoy el economista jefe de Goldman Sachs, Jim O'Neill. Una política centrada en el gasto "tiene todo el sentido", dijo.

Según el cuadro macro vigente, que se revisará previsiblemente en diciembre, el déficit público se situará en el 1,6% este año, aunque el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ya adelantó ayer que el déficit podría rebasar el 3% desde finales de 2008, previsión que coincide con las que maneja el Banco de España.

El experto consideró que a pesar del estallido de la burbuja inmobiliaria, España se encuentra en una buena posición para afrontar las dificultades del actual escenario, tanto por el margen de maniobra fiscal, como por la fortaleza de su sistema financiero, alentada por la prudencia del Banco de España.

"El Banco de España ha creado, probablemente, el mejor marco regulatorio del mundo desarrollado y el sistema financiero español está en mejor forma que el de Estados Unidos y el resto de países de la Unión Europea gracias a la sensata política del instituto emisor", argumentó el economista jefe del Goldman Sachs.

A su parecer, otra baza a favor de España a pesar del "pesimismo generalizado" es el interés de las compañías por aprovechar las oportunidades de crecimiento que presentan los países de América Latina, ya que los emergentes y los denominados 'BRIC' (Brasil, Rusia, India y China) podrían ser el motor que saque al mundo de la atonía.

La economía mundial crecerá un 1,8% en 2009 y no será por las economías avanzadas, que retrocederán un 0,2%, dijo.

No obstante, O'Neill estimó que la intención de España de participar en los grupos de trabajo que desarrollen las lineas directrices acordadas en la última reunión del G-20 para refundar el sistema financiero "no tiene ningún sentido", ya que la cumbre "no ha servido de mucha ayuda", pese a haber alimentado excesivas expectativas al prometer "dos horas más de sol al día".

Para el experto, sólo debería existir un G-4 integrado por Estados Unidos, China, Japón y la Unión Europea, y los Estados miembros deberían asumir la representación comunitaria única para dar coherencia a compartir divisa y marco regulatorio, y dadas las grandes similitudes entre ellos.

"España no debería formar parte de los grupos de trabajo de un esquema que no tiene sentido, hay que mejorar el sistema de gobernancia con un G-4", dijo O'Neill. "Ni España ni Francia deberían estar representadas individualmente", insistió.

El economista jefe de Goldman Sachs advirtió de que se sumirán en recesión Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, y que la luz al final del túnel depende de las políticas que se apliquen, que, en el caso de la hasta ahora primera economía mundial, no servirán de nada hasta que el presidente electo, Barack Obama, asuma el mando en la Casa Blanca y adopte medidas fiscales.

En este sentido, recalcó que la Bolsa de Nueva York ha perdido un 20% desde que se aprobó el plan de rescate del Gobierno de George W. Bush, lo que refleja la desconfianza del mercado a su eficacia, mientras que el parqué chino se ha revalorizado un 14% desde que el Ejecutivo aprobó su paquete de estímulo fiscal.

Además, según O'Neill la economía americana, excesivamente endeudada hasta ahora, está cambiando, y su déficit público podría descender hasta el 3% del PIB en 2009. Asimismo, deberá enfocar su crecimiento a la inversión en infraestructuras y la exportación hacia los países emergentes, por lo que no se beneficiaría de una excesiva revalorización del dólar.

A su parecer, el billete verde se devaluará respecto al euro en los próximos meses y el cambio de 1,20 dólares por euro acabará en 1,40 unidades.

Sobre el papel que desempeñarán ahora los bancos de inversión tras la quiebra de Lehman Brothers y la desaparición de su modelo de negocio con la crisis financiera, el responsable recordó que Goldman Sachs ha cambiado su régimen para operar.

"Los bancos de inversión van a tratar de seguir trabajando en lo que saben hacer, que es ser intermediarios de capital entre diversas partes del mundo", explicó el experto, si bien precisó que desde ahora enfocarán menos sus esfuerzos en Estados Unidos y más en los países emergentes.

Aunque O'Neill prefirió no aventurar el final de la crisis mundial, advirtió de que ésta no será la última. "La gente pasa de la avaricia a la crisis por su naturaleza y a pesar de los cambios regulatorios seguirá habiendo crisis", vaticinó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario