martes, 11 de noviembre de 2008

El sector de la automoción necesita ayuda urgente en EEUU

DETROIT.- La industria automovilística estadounidense necesita ayuda inmediata del Estado para sobrevivir, a tal punto que no puede esperar hasta fines de enero cuando Barack Obama, considerado más sensible a sus dificultades que su predecesor, asuma el volante de la primera economía mundial.

Los dos principales fabricantes del país, General Motors y Ford, acumularon pérdidas netas por un total de 30.000 millones de dólares este año. Desde la publicación el viernes de sus resultados trimestrales, los llamados al suministro de recursos de urgencia se oyen cada vez con mayor insistencia.

"Es una cuestión que hay que resolver de urgencia", insistió el presidente de GM, Rick Wagoner, al diario especializado Automotive News.

En el centro de sus demandas están los recursos por 25.000 millones de dólares, votados a comienzos de septiembre por el Congreso para ayudar a la industria automotriz norteamericana a reorientar su producción hacia modelos más ecológicos. Este dinero no ha sido liberado aún por razones meramente burocráticas.

Pero de todas maneras ese monto ya no es suficiente y sería preciso duplicarlo a 50.000 millones de dólares, según una evaluación cada vez más aceptada en Washington.

El presidente electo, Barack Obama, quien estaría a favor de otorgar la ayuda, exhortó el lunes al presidente saliente, George W. Bush, a liberar los recursos sin dilación, a lo que el mandatario actual dijo estar de acuerdo pero bajo algunas condiciones, según fuentes cercanas a las discusiones, citadas este martes por el New York times.

La portavoz presidencial Dana Perino negó que Bush hizo tal nexo.

"De ningún modo el presidente Bush sugirió que existiera un quid pro quo con el tratado de libre comercio con Colombia o cualquier otro acuerdo de libre comercio" afirmó. "No se estableció ningún nexo".

Por otro lado, los líderes demócratas en el Congreso se dirigieron por escrito al secretario del Tesoro, Henry Paulson, pidiéndole que permita al sector automovilístico beneficiarse con las posibilidades de ayuda abiertas por el plan de estabilización del sistema financiero, de 700.000 millones de dólares. La Casa Blanca estaría resuelta a estudiar esta opción, asegura la cadena financiera CNBC.

GM, que emplea a un cuarto de millón de personas en Estados Unidos, fue muy franca con relación a sus capacidad de sortear los próximos meses. El viernes, el grupo admitió que su caja quedará agotada a comienzos de 2009.

Pero lo que Wagoner pone en duda es la capacidad de sobrevivencia de "la industria (automotriz) estadounidense en su conjunto".

Para el presidente de GM, una ayuda del gobierno permitiría a los fabricantes mantener la cabeza fuera del agua. Pero ello no evitaría el mantenimiente de sus severas reestructuraciones, ante la prolongada caída del mercado automovilístico estadounidense.

Este año, el número de vehículos vendidos en Estados Unidos debe alcanzar su mínimo desde el comienzo de los años 80, con una caída de más de 25% con relación a 2007, según ciertas estimaciones.

Entre los tres constructores nacionales -GM, Ford y Chrysler- el primero es el que concita las preocupaciones del mercado a corto plazo, puesto que los otros dos se ven favorecidos por una situación de caja bastante más confortable.

El lunes, los analistas del Deutsche Bank rebajaron a cero su previsión de cotización futura de las acciones de GM. "Sin ayuda del Gobierno, una quiebra es inevitable y esto precipitaría un riesgo sistémico difícil de superar para los fabricantes, proveedores y concesionarios", hicieron notar.

Deutsche Bank estima que solo GM necesitaría 35.000 millones de dólares para recuperar sus recursos de caja y financiar su reestructuración hasta 2010.

GM, Ford y Chrysler consumen sus recursos de tesorería a ritmo moderado desde hace varios meses, y necesitan sumas importantes para reestructurar su producción, cuando sus ventas están en caída libre.

GM y Ford, ambas cotizadas en Bolsa, no pueden recurrir al mercado para captar capitales debido a la caída libre de sus cotizaciones. A menos de dos dólares por acción, Ford vale menos de 4.000 millones de dólares en Bolsa, mientras GM, ex número uno mundial, tiene un valor bursátil de menos de 2.000 millones de dólares.

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