domingo, 9 de noviembre de 2008

Empresas de automoción luchan por sobrevivir en EEUU

DETROIT.- Alguna vez Ford Motor Co. intentó diseñar una serie de autos compactos que requerían poco combustible para competir con los productores Japoneses, pero prefirió abortar el proyecto.

Nadie pudo entender cómo hacer dinero con los autos compactos de precio asequible, ante el alto costo de la fuerza laboral de Ford. La compañía obtenía millones en ganancias al vender camionetas y autos deportivos cuando la economía era mejor y la gasolina barata.

Ese intento por diseñar otros autos dice mucho sobre por qué los fabricantes de Detroit tienen una situación tan crítica, que podrían estar a meses de la bancarrota.

Los líderes demócratas en el Congreso solicitaron el sábado al gobierno del presidente George W. Bush una ayuda mayor para la debilitada industria automotriz estadounidense, que se ha quedado casi sin dinero ante la mayor caída de sus ventas en 25 años.

La presidenta de la Cámara Baja Nancy Pelosi y el líder de la mayoría en el senado Harry Reid afirmaron en una carta al secretario del Tesoro Henry Paulson que el gobierno debería considerar ampliar los propósitos del plan de rescate por 700.000 millones de dólares para incluir a las compañías automotrices.

Los críticos afirman que durante años los líderes de Ford Motor Co., General Motors Corp. y lo que es ahora Chrysler LLC fueron torpes para lidiar con los sindicatos, no invirtieron suficiente en los nuevos productos, cedieron el mercado a los fabricantes japoneses y estaban mal preparados para el aumento inevitable en el precio de la gasolina que hará obsoletas las camionetas y autos deportivos.

"Han pasado 30 años de negación", dijo Noel Tichy, profesor de negocios de la Universidad de Michigan y escritor encargado del programa de liderazgo en General Electric Co. de 1985 a 87, además de trabajar como consultor para Ford. "No trataron de ser competitivos, no atendieron los asuntos de los sindicatos, las estructuras de costos desde hace tiempo y todo lo que hace exitosa a una compañía" agregó.

El viernes, GM reportó una pérdida de 2.500 millones de dólares en el tercer trimestre y afirmó que podría quedarse sin solvencia para el final del año. Ford reportó una pérdida de 129 millones, mientras que los analistas de la industria creen que Chrysler, convertida en una compañía privada que no requiere hacer públicos sus libros contables, se encuentra tan mal como GM.

Los representantes del ramo afirman que sus detractores son simplistas y que no reconocen los enormes progresos que han hecho en esta década para reducir costos, aumentar la productividad y crear autos competitivos al tiempo que cumplen con las múltiples regulaciones gubernamentales y el gran poder de los sindicatos.

"En los últimos cinco años hemos tenido más reestructuración en la industria automotriz que en ningún otro ramo en la historia de Estados Unidos", afirmó Tony Cervone, vicepresidente de comunicación en GM.

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