sábado, 1 de noviembre de 2008

En plena crisis, el Estado ruso refuerza su presencia en la economía

MOSCÚ.- Las autoridades rusas, que han mostrado premura a la hora de afrontar los efectos locales de la crisis financiera mundial, aumentarán sensiblemente el peso del Estado en la economía del país, aunque el primer ministro Vladimir Putin asegura que el giro será "temporal".

La puesta en marcha de un plan de rescate evaluado en unos 200.000 millones de dólares se concretó esta semana con la atribución de los primeros préstamos masivos a oligarcas como Oleg Deripaska, el hombre más rico de Rusia, para su grupo Rusal, especializado en el aluminio.

Decenas de empresas se disputan la atribución de una fracción de los 50.000 millones de dólares desbloqueados por el gobierno para ayudar a los grupos endeudados y evitar que los bancos extranjeros se apoderen de sus activos.

Moscú también aceptó utilizar hasta 10.000 millones de euros de uno de sus fondos soberanos para respaldar un mercado bursátil sacudido por la crisis, los escándalos de empresas y la guerra en Georgia. Desde principios de año, el mercado ha perdido un 67%.

El gobierno ha aumentado además hasta 700.000 rublos (20.000 euros) la garantía de los depósitos de particulares.

Las otras medidas se basan sobre todo en ayudas financieras al sector bancario, sediento de liquidez.

El periódico pro-Kremlin Izvestia explicaba en su edición del viernes por qué el gobierno sólo parece ayudar a los muy ricos, en lugar de pensar en las clases desfavorecidas.

"Es una cuestión de seguridad nacional", señaló Izvestia, para evitar el riesgo de que los activos de grupos "estratégicos" y de importantes productores de materias primas pasen a manos extranjeras.

"La economía rusa se enfrenta ahora a condiciones opuestas a las que prevalecían antes de la crisis: las materias primas caras, la inflación acelerada, el acceso fácil al capital y el rublo que se revaloriza han dado paso a precios del petróleo mucho más bajos (...), a una desaceleración de la inflación, a la casi imposibilidad de obtener un crédito y a un rublo potencialmente más débil", señaló Katia Malofeeva, economista del banco Renaissance Capital.

Los dirigentes rusos, viendo llegar las críticas por esta posición dominante del Estado, alegaron que se trata de medidas temporales. "La nacionalización de la economía rusa no es nuestro objetivo, no puede serlo y no lo será", declaró esta semana el primer ministro ruso, Vladimir Putin.

"La mayor presencia del Estado en la economía es una medida forzada y temporal", aseguró Putin. Reconociendo que las medidas para luchar contra la crisis "no tienen el carácter típico de una economía de mercado", Putin destacó que los otros países reaccionan "con la misma lógica" frente a la crisis.

Dadas las circunstancias, parece "perfectamente lógico que los sectores que lograban los mejores resultados en estos últimos años sean los más afectados", indicó Malofeeva.

Por las mismas razones, "la política presupuestaria estricta del gobierno tiene muchas posibilidades de ser sustituida por una política de gastos mucho más activa. El Estado, que tenía el papel de ahorrar lo máximo en la economía, podría convertirse en uno de los principales inversores", advirtió.

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