BOGOTÁ.- El ex presidente del gobierno español Felipe González dijo hoy en Cartagena de Indias (Colombia) que "en lo posible habría que evitar" la operación de la venta de una parte de Repsol YPF a la petrolera rusa Lukoil. González manifestó su "absoluto" desacuerdo con la venta del 20% que la constructora Sacyr tiene en la petrolera.
"No estoy de acuerdo con esa operación, ni siquiera quiero dar las razones, pero no estoy de acuerdo", reiteró el ex presidente español, quien decidió no exponer las razones que le han llevado a pensar de esta manera porque no es "accionista" ni "Gobierno".
González matizó que no coincide con la acusación del PP de que se ponga en peligro el suministro de petróleo.
Lukoil negocia un crédito
La petrolera rusa Lukoil ha sondeado a las entidades financiadoras de Sacyr Vallehermoso sobre la posibilidad de que le presten 5.200 millones de euros para financiar su entrada en Repsol YPF. Se trata del mismo importe que concedieron a la constructora para comprar el 20% de la empresa hispano-argentina.
Según fuentes financieras, la petrolera rusa se reunió con La Caixa y con las cuatro entidades que encabezan el sindicato de acreedores de Sacyr -Citigroup, Santander, Caja Madrid y Calyon- para tratar sobre la posible financiación de la compra de hasta un 29,9% de Repsol YPF.
Una de las principales condiciones que han planteado las entidades financieras a Lukoil para empezar a negociar es que, además de poner como garantía las propias acciones de Repsol YPF, presenten otras adicionales de primer nivel, como hizo Sacyr.
El 30% de Repsol YPF tiene un valor de mercado actual de 5.094 millones de euros después de que la petrolera subiera hoy un 2,28%, hasta 13,91 euros por acción, frente a los 26,7 euros por título que pagó de media Sacyr.
La Caixa reconoció a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que está dispuesta a vender parte de su paquete accionarial en Repsol, donde está presente a través de Criteria (9,1%) y Repinves (6,1%, compartido con Caixa Catalunya).
A la sombra del poder
Vagit Alekperov, presidente, y Leonid Fedun, vicepresidente, son los artífices de Lukoil, la petrolera rusa que pretende convertirse en el primer y principal accionista de Repsol. Ambos son dueños del 25% de su capital y cuentan con la petrolera norteamericana ConocoPhillips como socio con otro 20%.
A pesar del carácter privado de su capital, el gigante ruso ha tenido un espectacular desarrollo a la sombra del poder de Putin.
Alekperov, antiguo secretario de Estado del Gas y Petróleo de la extinta URSS, se alió con Vladimir Putin para echar al disidente Boris Berezovsky de Rusia. Por su parte, el presidente ruso, en una visita a Estados Unidos, no dudó en promocionar una de las gasolineras de la red que Lukoil había adquirido en 2004 en Nueva Jersey y Pensilvania a Exxon y Mobil.
Alekperov, uno de los petromagnates rusos, de 57 años de edad, está dedicado a hacer crecer la red de gasolineras de Lukoil en Estados Unidos y Europa, como principal estrategia de la compañía. Sus intereses se extienden a sectores como el bancario, el eléctrico, el bursátil y el mediático.
Lukoil controla distintos medios de comunicación en Rusia así como la televisión NTV, pero ello no evitó que el diario 'Izvestia', en 1997, relacionara a Lukoil con el crimen organizado.
Por su parte, la Policía suiza cree que Zakhar Kalashov, uno de los principales jefes de la mafia rusa, detenido desde 2006, controla "una parte significativa" del capital del gigante petrolero ruso Lukoil.
Lukoil, principal productor de petróleo de Rusia, con una producción de 95 millones de toneladas y segunda compañía mundial en reservas de petróleo y gas tras Exxon Mobil, es el resultado de la fusión en 1991 de tres empresas rusas, que hoy cuenta con una plantilla de 100.000 empleados.
La fusión fue llevada a cabo por Vagit Alekperov y el millonario Vadim Schmitd, quien murió en circunstancias muy misteriosas en medio de una batalla por el control de Lukoil con Alekperov.
En su consejo de admistración sienta a importantes ejecutivos de la clase dirigente rusa. Nombres como Oleg Kutafin, rector de la Universidad de Moscú, Alexander Shokhin, director de la escuela estatal de Economía y Nicolai Tsvetkov, responsable de un banco de inversiones, figuran en el máximo órgano de gobierno de la empresa.
Su desembarco en Estados Unidos se produjo en 2000 con la compra de las gasolineras de Getty Oil, que luego ampliaría con las compradas a Exxon y Mobil en Nueva Jersey y Pensilvania.
Antes ya había firmado distintos acuerdos con el Gobierno chino para sacar petróleo del mar Aral y está presente en 22 países a través de amplias redes de gasolineras.
Hace escasos días, Leonid Fedun, el vicepresidente, alertó de la caída de la extracción de petróleo en Rusia en 2009 al 1% y reiteró la necesidad de invertir cada año hasta 100.000 millones de dólares en el sector petrolero.
Jefe mafioso en Lukoil
Zakhar Kniazevich Kalashov, considerado el máximo responsable de los doce presuntos miembros de la mafia ruso-georgiana instalada en España y detenido a raíz de la 'operación Avispa', posee "una parte significativa" de la petrolera rusa Lukoil, interesada en adquirir casi el 30% de Repsol YPF.
Así consta en el escrito de acusación que la Fiscalía Anticorrupción presentó el pasado 28 de octubre ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu -instructor de la causa- y en el que pide para Kalashov 12 años y 2 meses de cárcel y una multa que supera los 32 millones de euros por los delitos de asociación ilícita y blanqueo de dinero.
El Ministerio Público destaca que Kalashov, además de mantener "contactos estrechos" con la organización criminal Kutaísi, considerada "la más terrible" de Georgia, "también poseería una parte significativa de una de las sociedades más grandes rusas de petróleo, es decir, la empresa Lukoil".
Además pone de manifiesto la relación "existente" entre Kalashov y el banco ruso SBS, y subraya que en una de sus cuentas figuran cargos a Lukoil, entre otras empresas.
Anticorrupción sostiene que Kalashov es un "ladrón en la Ley", elegido en un consejo de jerarcas supremos del crimen organizado ruso a escala nacional cuyo "código de honor" le obliga a "dedicar toda su vida a una actividad profesional criminal".
Según el escrito, la organización criminal que dirigía Kalashov se dedicaba a blanquear grandes cantidades de dinero, en su mayoría procedente del juego ilegal de casinos en Rusia, a través de la adquisición de bienes inmuebles en España.
Para el Ministerio Fiscal, la fortuna de este mafioso alcanzaría los 200 millones de euros y estaría compuesta de bienes inmuebles en Moscú, Tbilisi (Georgia), España y Estados Unidos.
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