viernes, 14 de noviembre de 2008

Histórica cumbre del G-20 mientras la Eurozona entra en recesión

WASHINGTON.- Los líderes de 21 potencias industrializadas y emergentes iniciaron este viernes por la noche una histórica cumbre en Washington para dar respuestas a la crisis mundial, mientras la Eurozona confirmó su entrada en recesión.

"Por todos ustedes, por los principios que compartimos y los pueblos a los que servimos", dijo el presidente anfitrión George W. Bush en un brindis que marcó el inicio del primer encuentro de los líderes del Grupo de los 20 en la capital estadounidense, con una cena de trabajo en la Casa Blanca.

Bush advirtió que la crisis financiera "no se desarrolló en un día y no será resuelta en un día", pero se mostró confiado en que "con cooperación coordinada y determinación será resuelta".

El inicio de la reunión del G-20, cuyos líderes sostendrán encuentros hasta el sábado, se da en un momento álgido, cuando la Unión Europea anunció que los 15 países de la Eurozona están en recesión por primera vez desde la creación de este espacio monetario en 1999, con una contracción de 0,2% en el tercer trimestre tras una desaceleración similar en el trimestre anterior.

La economía de los 27 países de la Unión Europea (UE, entre los que figuran los 15 de la Eurozona) se contrajo un 0,2% en el tercer trimestre, escapando a la recesión sólo porque el crecimiento del segundo trimestre fue cero y no negativo.

Una recesión se define como dos trimestres consecutivos de contracción del PIB.

En este sombrío contexto, la presión es cada vez mayor sobre el G-20, que debe buscar "sentar las bases para hacer reformas que impidan crisis similares en el futuro", según dijo Bush el jueves.

Pero Bush termina su mandato el 20 de enero y no puede asumir compromisos firmes en nombre del presidente electo Barack Obama.

"No podemos esperar un milagro de esta cumbre", estimó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en una entrevista con un diario alemán. Será "el comienzo de un proceso que creará un programa finalizado en 100 días", pronosticó.

En reuniones previas al inicio de la cumbre, los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y de Argentina, Cristina Kirchner, clamaron por que "la crisis que se originó en los países desarrollados no se traslade a los países en vías de desarrollo", aseguró el canciller argentino, Jorge Taiana.

"Hay que fortalecer la demanda, sostener el consumo para evitar que la crisis se extienda (...) Hay coincidencias en varios aspectos, ciertamente en preservar el nivel de actividad, en estimular la economía real", ahondó Taiana.

Tanto Lula como Kirchner y el presidente mexicano, Felipe Calderón, mantuvieron numerosos encuentros con otros líderes del G-20.

El premio Nobel de Economía 2008, Paul Krugman, dijo por su parte que espera que la cumbre del G20 destaque la necesidad de "un (plan de) rescate financiero para los países emergentes, además de todo lo que hacen los países ricos".

Otra señal del duro clima económico llegó de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que confirmó que se reunirá de emergencia en El Cairo el 29 de noviembre para responder a la vertiginosa caída de los precios, que el viernes rondaban los 50 dólares el barril.

Algunos miembros del cartel como Irán quieren un nuevo recorte de la oferta para frenar el derrumbe de los precios, pese a que esta decisión podría agravar la desaceleración económica y por ende afectar la demanda de crudo.

Según analistas, la OPEP recortará su oferta en un millón de barriles diarios en El Cairo, que se sumarán al recorte de 1,5 millones de b/d efectuado el 1 de noviembre pasado.

Con casi toda Europa en recesión, la presión sobre los líderes mundiales crecía antes de la cumbre del G20.

Las ventas al por menor en Estados Unidos retrocedieron 2,8% en octubre con relación a septiembre, la baja más fuerte de este índice desde su lanzamiento en su forma actual en 1992, según cifras oficiales.

Pese a las malas noticias, el presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Ben Bernanke, dijo este viernes percibir "un comienzo de mejoría" en los mercados de crédito gracias a los esfuerzos de los bancos centrales, aunque reconoció que la situación está lejos de estabilizarse.

"Las autoridades (...) permanecerán listas para tomar medidas adicionales si la situación lo requiere", afirmó Bernanke en una conferencia del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort.

La Bolsa de Nueva York terminó en fuerte baja este viernes tras una sesión en la que primaron los datos económicos negativos: el Dow Jones perdió 3,82% y el Nasdaq 5,00%.

Las bolsas latinoamericanas cerraron dispares. La de Sao Paulo, la principal de la región, terminó en baja de 0,56%, Bogotá ganó 3,21%, mientras que Buenos Aires subió 0,68%.

Las bolsas europeas subieron pese a las malas noticias. La Bolsa de Fráncfort terminó la semana en alza de 1,31%, Londres ganó un 1,53% y París un 0,67%. Madrid trepó un 1,05%. La Bolsa de Tokio cerró en alza de 2,72%.

No hay comentarios:

Publicar un comentario