lunes, 3 de noviembre de 2008

Irak, hundido por los precios del petróleo pese al respaldo en divisas

BAGDAD.- A pesar de su reserva en divisas, la caída de los precios del crudo hundió a Irak en un momento en que necesita dinero para recuperarse de años de violencia que lo dejaron exangüe.

El ministro iraquí de Finanzas, Baqer Jabr Solagh, asegura que su país necesita 400.000 millones de dólares para su reconstrucción. Los economistas estiman que los futuros proyectos se ven amenazados por la extrema dependencia de Irak de sus recursos petroleros.

El sábado, Solagh anunció que en 2009 los gastos de Irak sólo alcanzarán 67.000 millones de dólares contra los 80.000 millones previstos en el verano, debido a la caída en los precios del crudo.

"Nuestro problema es que somos muy dependientes del petróleo. El deterioro de los precios del crudo nos afectará, pues el 96% de los ingresos del presupuesto del Estado provienen de los ingresos petroleros", explicó Ayad Sali al Samarrai, presidente de la comisión de Finanzas del Parlamento.

Los ingresos petroleros caerán en un 60% en 2009, a menos que los precios del barril, que oscila en torno a los 65 dólares, vuelvan a subir a pesar de una crisis financiera mundial que ralentiza la economía mundial, agregó.

"No podremos suministrar muchos servicios públicos que habíamos planificado", dijo a la AFP Abdel Hussein Anbaki, consejero económico del primer ministro Nuri al Maliki.

En agosto, un informe del Tribunal de Cuentas Estadounidense (GAO, Government Accounting Office) afirmaba que teniendo el cuenta la balanza presupuestaria en el periodo 2005-2007 y sus proyecciones para 2008, Irak había logrado un excedente de 79.300 millones de dólares.

Pero solamente una pequeña parte de ese dinero fue usada para la reconstrucción de infraestructuras civiles, según el GAO, que afirma que entre 2005 y 2007, "el gobierno iraquí sólo destino a ese fin el 1% de sus gastos".

El informe destacaba que entre 2005 y 2008, Irak destinó 3.900 millones de dólares a la seguridad, el combustible, la electricidad y el agua.

Sin embargo, incluso si las autoridades iraquíes gastaran sus reservas, el país tendría que recorrer un largo camino para recuperarse.

El ministro de Planificación, Ali Baban, admitió que la economía está en una situación "difícil" y subrayó que es necesario encontrar otras fuentes de ingresos y revitalizar el sistema financiero para reactivar el sector privado.

"La economía iraquí no tiene futuro si no logramos atraer inversores internos y extranjeros", dijo el sábado Baban durante una reunión de responsables estadounidenses e iraquíes.

Con sus 26 millones de habitantes, Irak importa la mayoría de sus alimentos y de sus productos industriales. Cinco años después de la invasión liderada por Estados Unidos en 2003, la agricultura y la industria necesitan dinero para salir de su anemia. Para Samarrai, "la economía corre el riesgo de derrumbarse".

Según el Banco Mundial (BM), el Producto Interior Bruto (PIB) de Irak alcanzó los 54.000 millones de dólares en 2007 contra 48.000 millones en 2006 y 45.000 millones en 2005, pero este crecimiento se debió principalmente a las exportaciones petroleras y a la ayuda estadounidense.

Para Anbaki, la recuperación pasa por una mayor flexibilidad monetaria. La tasa interbancaria está en el 16%. Ello permitió controlar la inflación, que se mantiene en el 5%, pero dificulta el acceso al crédito, indispensable para el sector privado, dijo.

La forma en que se gasta el dinero del Estado oculta la debilidad de la economía iraquí: la mayor parte del presupuesto sirve para pagar a los 3,3 millones de empleados estatales en momentos en que el desempleo supera el 40%.

"Hemos disfrazado el desempleo. En el Estado tenemos cinco personas que hacen el trabajo que podría hacer una sola", subraya Abel Sahib Najim, presidente del Instituto de Estudios Financieros y Contables en la Universidad de Bagdad.

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