viernes, 7 de noviembre de 2008

La Casa Blanca da "luz verde" a la presencia de España en la próxima "cumbre" reformista de Washington

WASHINGTON.- España estará el próximo sábado en la "cumbre" del G-20 en Washington para debatir la reforma del sistema financiero mundial, según ha confirmado la Embajada de España ante el Gobierno de los EE UU, poco antes de las 19,00 hora española.

La Casa Blanca ha dado esta tarde "luz verde" a la presencia española, dentro de la delegación de Francia en su calidad de miembro del G-8, pero en nuestro caso como país soberano, según ha confirmado la propia Embajada a los periodistas españoles acreditados en la capital federal poco antes de las 13,00 hora de Washington.

"No tenemos un problema con España en general", ha declarado posteriormente un alto funcionario de la Casa Blanca, que acepta lo que la Unión Europea quiera hacer acerca de la cesión del asiento en el que Francia quiere que se siente España.

España podrá aceptar así el asiento que el presidente francés, Nicolás Sarkozy, ha anunciado este viernes que cedería a Madrid.

El presidente francés y presidente de turno de la UE, Nicolas Sarkozy, ha explicado, tras la Cumbre extraordinaria de la UE, que "no supone ningún problema que España ocupe una de nuestras sillas no como invitado sino como país".

En el seno del G-20, los países de la UE disponen de cinco asientos, uno de ellos para la presidencia del Consejo Europeo - actualmente Francia -.

"Se ha acordado que esas cinco plazas las ocupen Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España, octava economía del mundo, a los que se añade el presidente de la Comisión Europea", indicó la presidencia de la UE en la nota, recibida tras la cumbre por la presidencia del Gobierno español.

Francia tiene en principio dos asientos atribuidos en esa cita del G-20, uno como presidencia de turno de la UE y otro como miembro del G-8.

"Se ha convenido que los sitios serían ocupados por Alemania, Italia, Francia, Reino Unido y España, la octava economía del mundo, a quienes se unirá el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso", dijo hoy también El Eliseo en un aparte de la cumbre de Bruselas en la que los Veintisiete han adoptado una posición común para la reunión de Washington.

La presidencia de la UE envió posteriormnte una comunicación a los 27 países del bloque con el objeto de "precisar" que España tiene su sitio en la cumbre del G-20.

"Se ha acordado que esas cinco plazas las ocupen Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España, octava economía del mundo, a los que se añade el presidente de la Comisión Europea", indicó la presidencia de la UE en la nota, recibida tras la cumbre por la presidencia del Gobierno español.

También la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que a su entender España participará en la cumbre del G-20. "Según lo que comprendí, España también va a participar. Me parece justo. España es la octava economía mundial", afirmó Merkel al final de la reunión de Bruselas.

Plazo de 100 días

Por otra parte, la Unión Europea pedirá que se imponga un plazo de 100 días para que los gobiernos del mundo resuelvan las reformas al sistema financiero global, dijo el viernes desde Bruselas el presidente francés Nicolas Sarkozy.

Añadió que si bien no se podrán tomar decisiones inmediatas en una cumbre de las 20 economías más grandes del mundo el 15 de noviembre en Washington, "no hay tiempo que perder" y la reunión no puede limitarse simplemente a hablar.

Los gobiernos de la UE piden una nueva cumbre hacia abril del año entrante para impulsar las reformas.

Sarkozy, en una rueda de prensa tras la reunión de los líderes de los 27 países de la UE en Bruselas, apareció para minimizar los signos de desacuerdo entre París y Berlín sobre el grado de cooperación necesaria.

"Hay una posición común bastante detallada de Europa", dijo. "Defenderemos una posición común, una visión (...) para la reestructuración de nuestro sistema financiero".

El mandatario francés, presidente de turno de la UE, dijo que la unidad general en los principios no excluía la diferencia en el énfasis entre los diferentes países.

La canciller alemana, Angela Merkel, dijo que la UE coincidió en que no había lugar para el proteccionismo en las medidas que se alcancen en Washington la próxima semana.

Francia está ansiosa por lograr que Europa haga oír su voz en la escena internacional, en la creencia de que la crisis financiera, que comenzó en los mercados de EEUU, ha debilitado a Estados Unidos y ofrece al bloque europeo una oportunidad para impulsar su influencia.

Los líderes de la UE irán a Washington con la creencia de que fueron sus 2,2 billones de euros inyectados en rescates bancarios el mes pasado ayudaron a evitar el colapso financiero provocado por la crisis crediticia desencadenada en Estados Unidos.

El ministro de Asuntos Europeos de Francia, Jean-Pierre Jouyet, había criticado a Alemania por haber vetado esta semana el llamamiento francés a una coordinación internacional para responder a los desafíos económicos.

"Creo que la opinión pública en Europa espera coordinación y unidad... Las actitudes nacionales y desordenadas no son la solución", dijo Jouyet a la radio francesa.

Por otra parte, el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, ha declinado una invitación del mandatario saliente, George W. Bush, para participar en la Cumbre del G-20 que se celebrará la próxima semana en Washington para reformar la arquitectura financiera internacional y prevenir la aparición de nuevas crisis como la actual, aunque no se descarta que mantenga encuentros informales con algunos de los mandatarios que asistirán a la cita.

Varios medios estadounidenses informan este viernes de que Obama no estará presente en la cita del G-20 e incluso adelantan que el presidente electo tampoco hará anuncios sobre su futuro equipo económico hasta dentro de varios días para evitar interferir con la cumbre que se celebrará el 15 de noviembre. Por su parte, el portavoz adjunto de la Casa Blanca, Tonny Fratto, ha asegurado que no está previsto que Obama participe en las reuniones con los líderes mundiales.

Obama está reunido a esta hora en Chicago con sus principales asesores económicos para seguir preparando las primeras medidas de choque que adoptará para hacer frente a la grave crisis que atraviesa el país, el mismo día en que se han conocido los nuevos datos de paro de octubre, que sitúan la tasa de desempleo en la más alta desde hace 14 años, y antes de la primera rueda de prensa que ofrecerá desde que ganó las elecciones el pasado 4 de noviembre.

El equipo económico está formado por una veintena de asesores, entre los que se encuentran el presidente de Google, Eric E. Schmidt, el multimillonario Warren Buffett, el alcalde de Los Angeles, Antonio R. Villaraigosa o la gobernadora de Michigan, Jennifer Granholm.

También participan Lawrence Summers, secretario del Tesoro de Bill Clinton, y el ex presidente de la Reserva Federal Paul Volcker, nombres que aparecen en todas las quinielas para reemplazar a Henry Paulson el 20 de enero.

La reunión comenzó poco después de que se conocieran nuevos datos del Departamento de Trabajo que vienen a confirmar la gravedad de la crisis. Sólo en el último mes se destruyeron 240.000 puestos de trabajo y la tasa de desempleo se sitúa ya en el 6,5%, unos niveles que no se conocían desde hace catorce años. En total, en lo que va de año se han perdido 1,2 millones de empleos, y más de la mitad fueron en los últimos tres meses.

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