miércoles, 12 de noviembre de 2008

La cumbre del G20 intentará lograr un acuerdo mínimo ante la crisis

WASHINGTON.- Los jefes de Estado de los países industrializados y de las grandes economías emergentes, reunidos en el G20, buscarán el viernes y sábado lograr un acuerdo mínimo sobre los medios de contener la crisis financiera que amenaza al mundo con una grave recesión.

La adopción durante la cumbre de Washington de medidas concretas reclamadas en voz cada vez más alta por los europeos choca con numerosos escollos.

En primer lugar, la cumbre ha sido organizada por George W. Bush, un presidente del Partido Republicano, cuyo gobierno está acusado de haber estimulado la desregulación financiera. Su sucesor, el demócrata Barack Obama, asumirá sus funciones el 20 de enero y no estará presente en la cumbre.

"La posición estadounidense no es clara y ninguna decisión que Bush adopte comprometerá de manera alguna a Obama", dijo a AFP Ralph Bryant, investigador de la Brookings Institution.

El G20 concentra el 85% de la riqueza del planeta y los dos tercios de su población. El grupo reúne siete economías avanzadas (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón), la Unión Europea (UE) y los principales países emergentes (Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Rusia y Turquía). Con carácter especial España estará representada en la cumbre de Washington.

Los europeos, con Francia a la cabeza, quisieran que la cumbre dé el empujón inicial a una amplia reforma del sistema financiero, un "segundo Bretton Woods", nombre de los acuerdos que gobiernan la economía mundial desde el final de la II Guerra Mundial.

Estadounidenses y europeos reconocen la necesidad de una mejora de la transparencia financiera, de la administración de los riesgos, de la coordinación entre los reguladores nacionales y de una mayoría armonía de las reglas contables y de capitalización de los bancos.

La administración Bush, inicialmente reticente sobre la organización de la cumbre, cree que un "plan de acción" será adoptado en Washington. Según un alto responsable estadounidense, hay un espacio de acuerdo para "que todos los productos financieros y las instituciones del sector sean reguladas en forma apropiada" para que nadie escape al control.

Algunas decisiones podrán ser adoptadas para algunos temas particulares, según un diplomático europeo, que mencionó el mercado de contratos de seguros contra la insolvencia de un tomador de préstamos (CDS, 'Credit default swaps'), que fracasaron con la aseguradora AIG.

En lo que se refiere a las agencias de calificación, las autoridades estadounidenses lanzaron antes de la crisis, en cooperación con la Unión Europea (UE), un proceso para controlarlas mejor.

"La gente se aleja de las ideas de Bush y de (el ex presidente de la Reserva Federal, Alan) Greenspan. Se reconoce que hubo falta de información, de transparencia sobre las CDS y otros productos derivados, como asimismo sobre los fondos especulativos", subrayó Bryant, quien hizo notar que "no se sabe hasta dónde (Estados Unidos) querrá ir en materia de regulación".

Pero ya se sabe que Estados Unidos no aceptará en ningún caso una autoridad financiera supranacional en materia de regulación, que los europeos quisieran dejar en manos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La cumbre "no tiene por meta ir hacia un regulador único de los mercados; no son muchos quienes sostienen esa posición", según el funcionario estadounidense. Y según un experto en el tema, Washington es muy celoso de su soberanía en ese punto.

Para Bryant, incluso en la hipótesis de un acuerdo, habría que decidir "qué institución financiera internacional se encargaría de la supervisión financiera: el FMI, el Foro de Estabilidad Financiera, el Comité de Basilea... y cómo involucrar a los países emergentes".

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