lunes, 24 de noviembre de 2008

La mafia de la energía / Pilar Bensusan

No, no piensen que se trata del título del último relato de ficción estilo Ian Fleming, sino de la pura realidad, y es que su existencia ha saltado a la luz a raíz de que la petrolera rusa Lukoil quiera comprar los paquetes de acciones que en Repsol-YPF tienen Sacyr-Vallermoso, su principal accionista, y Criteria (La Caixa).

El revuelo es enorme, tanto que ni siquiera se ponen de acuerdo Zapatero y Sebastián sobre si es conveniente vender o no.

La realidad es que Lukoil controla ya toda la energía del norte de Europa, así como la de algunos países de la antigua órbita rusa y, con la adquisición de buena parte de Repsol, monopolizaría también la energía en el sur y, lo que más le interesa, el gaseoducto Argel-Almería.

Pero ahí no termina el relato, sino que, más bien comienza, ya que no sólo el presidente de la compañía rusa es de la camarilla de Putin, sino que uno de sus dueños, Zakhar Kniazevich Kalashov, que ha sido detenido a raíz de la Operación Avispa, es el máximo capo de la mafia ruso-georgiana instalada en España, vinculada al tráfico de drogas y de armas y al blanqueo de dinero procedente del juego ilegal de casinos en Rusia adquiriendo bienes inmuebles aquí.

Según la Fiscalía Anticorrupción, que solicita 12 años de cárcel y una multa de 32 millones de euros, este prenda mantiene contactos estrechos con la organización criminal Kutaísi, la más terrible de Georgia, y además es un 'ladrón en la Ley', o sea, elegido por un consejo de jerarcas supremos del crimen organizado ruso cuyo 'código de honor' le obliga a dedicar toda su vida a una actividad profesional criminal.

Total, todo muy propio y muy normal como para que esta compañía se haga con el control de la energía en nuestro país, por muy empresas privadas que sean y muchas ganas de vender que tengan Sacyr y La Caixa.

Tanto liberalismo económico y tanta privatización de empresas públicas que desempeñaban servicios públicos, durante la época de Aznar, están llevando a esta situación de descontrol por el Gobierno en sectores primordiales que nunca deberían haberse dejado completamente en manos de capital privado. ¿Se imaginan que los rusos se mosqueen porque no les dejen actuar conforme a sus 'métodos' y nos corten la luz, el gas y el suministro de petróleo? Ya dieron muestras de su modus operandi cuando estos mafiosos quisieron implantar una red de 150 gasolineras en España.

Según parece Sarkozy, nuestro 007 del momento, se está moviendo para que esta nueva mafia de la energía no se convierta en la dueña de Repsol y, con ello, que Rusia troque su antiguo poder político en poder energético con el que chantajear a los países occidentales a la más mínima de cambio. Esperemos que lo consiga…

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