martes, 25 de noviembre de 2008

La OCDE prevé una "recesión severa y prolongada" y propone medidas de estímulo

PARÍS.- La mayoría de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sufrirá "recesiones severas y prolongadas", algunos de ellos hasta 2010, predijo la organización este martes, proponiendo una mezcla de medidas presupuestarias, recorte de tasas de interés e inyecciones de liquidez.

"Para la mayor parte de países de la OCDE, no se prevé una reactivación antes del segundo semestre de 2010, lo que significa que esta recesión será seguramente la más severa desde el inicio de los años 80", anticipa la OCDE.

La crisis financiera está lejos de haber terminado, afirma también la organización en su informe semestral de perspectivas económicas, y los disfuncionamientos deberían durar "hasta finales de 2009".

La degradación del sector inmobiliario en muchos países tampoco ha terminado y las condiciones de crédito se vieron considerablemente endurecidas.

La OCDE, que reagrupa a 30 de los países más industrializados, debería conocer un crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) del 1,4% en 2008 y una contracción del 0,4% en 2009 (contra una contracción del 0,3% anunciada en un informe preliminar hace dos semanas) para volver a crecer un 1,5% en 2010.

En Estados Unidos, el PIB aumentaría un 1,4% en 2008 y decrecería un 0,9% en 2009 antes de volver a ganar un 1,6% en 2010, pese a que "la reanudación será probablemente débil".

En Japón, el crecimiento debería ser de +0,5% en 2008, -0,1% en 2009 y +0,6% en 2010. La "deflación podría volver a mediados de 2009" al archipiélago, advirtió la OCDE.

En la zona euro, "la actividad se contraerá en los próximos seis meses" por efecto del "endurecimiento de las condiciones financieras, de una débil progresión de los ingresos", de la caída del sector inmobiliario y del desplome de las acciones, afectando al consumo y a la inversión.

La OCDE prevé para la Eurozona un +1% de crecimiento este año (contra el 1,1% anunciado hace 15 días), -0,6% (contra -0,5%) en 2009 y +1,2% en 2010.

El desempleo aumentaría de forma significativa y pasaría del 5,9% para el conjunto de la OCDE en 2008 al 6,9% el año próximo y 7,2% en 2010. Este aumento será especialmente fuerte en la Eurozona con un 8,6% en 2009 y un 9% en 2010, más débil en Estados Unidos (7,3% en 2009 y 7,5% en 2010) y estable en el 4,4% en Japón en 2009 y 2010.

Entre los otros países de la OCDE, la desaceleración económica será más marcada en España, Italia, Hungría, Irlanda, Islandia, Luxemburgo, Gran Bretaña y Turquía. En cuanto a los países emergentes, tampoco escaparán a la crisis financiera y a la desaceleración.

El PIB de España crecería un 1,3% en 2008, se contraería un 0,9% en 2009 y subiría un 0,8% en 2010, según la OCDE.

"El desempleo seguirá aumentando sustancialmente", advirtió el informe, que recomienda "más medidas para alentar la competencia en los mercados de productos y servicios" para "aumentar el crecimiento de la productividad".

México, el único miembro latinoamericano de la OCDE, crecería un 1,9% este año, un 0,4% en 2009 y un 1,8% en 2010, "bastante por debajo de su potencial" debido a la debilidad de la economía estadounidense, la caída en la producción de petróleo y la crisis económica mundial que deprimirá la demanda doméstica.

"La flexibilización gradual de la política monetaria está justificada a menos que la reciente depreciación del peso reavive las presiones inflacionarias", indicó la OCDE.

Como remedio para salir de esta situación, la organización preconiza bajar aún más los tipos de interés, especialmente en Estados Unidos y Europa, así como medidas de estímulo precisas y temporales en todos los países que dispongan de un margen de maniobra presupuestaria.

Las inversiones en infraestructuras pueden estimular "al mismo tiempo la oferta y la demanda, pero su puesta en marcha lleva tiempo", estimó la OCDE.

"Las reducciones de impuestos o las transferencias en favor de los hogares más pobres (...) pueden resultar más eficaces", agregó el informe, haciendo hincapié en que habrá que reducir rápidamente las medidas aplicadas en cuanto se reanude el crecimiento para evitar las tensiones inflacionistas.

Los gobiernos "deberán también estar dispuestos a reforzar si es necesario las medidas de apoyo al sector financiero, limitándolas a los elementos sistémicos".

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