De este modo, la prensa estadounidense coincide en apuntar que las ambiciones de la cumbre de Washington se han visto mermadas por la ausencia de Obama y el próximo final de la era Bush, por lo que las conclusiones de la cumbre suponen sólo una guía para futuros encuentros, en los que el nuevo presidente de EEUU tendrá ya un papel activo.
En este sentido, 'The Wall Street Journal' indica en su edición 'online' que las expectativas sobre la cumbre habían caído en las últimas semanas por la posición de Bush y por la decisión de Obama de mantenerse al margen.
Por su parte, 'The Washington Post' va más allá y afirma que "en cierta medida fue una victoria para los europeos, que habían demandado desde hace tiempo la necesidad de una mayor regulación de los mercados financieros".
Asimismo, el diario de la capital federal destaca que el comunicado final de la cumbre elude apuntar directamente a EEUU como responsable de la crisis, aunque precisa que "diplomáticamente" indica que los legisladores y reguladores de algunos países avanzados "no hicieron frente de manera adecuada a los riesgos en los mercados".
Por su parte, 'The New York Times' considera que las conclusiones de la cumbre confían buena parte de la tarea al próximo presidente de EEUU, puesto que la cumbre estableció una "hoja de ruta para superar la crisis que pospone las decisiones más complicadas hasta que Obama haya tomado posesión".
Asimismo, el periódico neoyorquino también reconoce que el texto "coloca la culpa de la crisis en el portal de EEUU" con la referencia a economías avanzadas que habían tomado pasos equivocados.
Entre la prensa británica, 'The Times' destaca el respaldo obtenido en las conclusiones de la cumbre por algunas de las propuestas defendidas por el primer ministro de Reino unido, Gordon Brown, al que reconoce que "puede reclamar el éxito".
En este sentido, el diario da por sentado que la próxima cumbre se celebrará en Londres, ya que Reino Unido presidirá el G-20, y subraya que el comunicado respaldó medidas como estímulos fiscales para estimular la demanda y la creación de colegios de supervisores que vigilen las instituciones financieras transfronterizas, propuestas que habían sido defendidas por Brown.
Por su parte, 'The Guardian' reconoce que el primer ministro británico "ha emergido en la crisis como un hombre clave", aunque señala la existencia de contradicciones entre los participantes en la reunión que no permitían mayores acuerdos que pactar estímulos para impulsar la economía o fijar una nueva cumbre.
La prensa francesa, por su parte, apunta que las conclusiones de la cumbre se acercan a las proposiciones con las que Nicolas Sarkozy viajó a Washington.
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