El nuevo presidente de la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN), Ricardo Villela, dijo al tomar posesión que será "más necesario que nunca perfeccionar el diálogo y la estrecha colaboración con las autoridades encargadas de velar por la solidez de las finanzas nacionales".
Destacó que "en muchos países de la región ha habido una constante vigilancia por parte de las autoridades económicas para acudir a tiempo ante dificultades en los mercados financieros".
Sin embargo, reconoció que "ese mismo activismo gubernamental, por indispensable y bienvenido que sea, presenta desafíos inéditos a la banca privada por el aumento acentuado del grado de implicación de los estados y la expansión de la actividad reguladora y supervisora de las autoridades".
FELABAN estimó en una declaración que los "resultados de cualquier acción de gobierno se lograrán con más eficacia y rapidez en coordinación y consenso con los agentes privados".
El tema de la regulación y autorregulación bancaria se convirtió en un asunto crucial, tras la crisis financiera global y el mismo fue analizado durante la XLII asamblea anual de FELABAN que celebró en Panamá. El tema ya ha sido tratado por entidades y supervisores bancarios de la región.
El secretario general de Supervisores Bancarios de América, Rudy Araujo, dijo que los agremiados de la región han previsto más bien "una coordinación con el sector y con las autoridades de gobierno o del sector económico para ir progresivamente implementando una regulación".
La idea es que los supervisores tengan "mayor certeza" sobre el desempeño y las expectativas futuras de los bancos y destacó que no se vislumbra "una regulación excesiva... a no ser que haya una desconexión de información entre nosotros, (lo cual) no ha sido el caso".
Los temas de autorregulación y regulación bancaria, así como los esfuerzos en expandir el acceso bancario a las sociedades en Latinoamérica serán de hecho las prioridades, dijo Villela.
Al término de la asamblea, FELABAN concluyó en que "la banca latinoamericana se encuentra sólida, líquida y solvente". Sin embargo, durante la asamblea se planteó que la banca regional no permanecería inmune a la desaceleración de la economía mundial y habría un bajón en el renglón crediticio.
"El reto en este momento en Latinoamérica es mantener la confianza y la estabilidad financiera, a la vez que se intenta atenuar al máximo la reducción del nivel de actividad bancaria", destacó Villela.
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