martes, 11 de noviembre de 2008

La tormenta económica no cesa pese al plan de estímulo en China

NUEVA YORK.- La tormenta económica prosigue imparable con nuevas advertencias de recesión, malos resultados empresariales y masivas supresiones de empleos, y aunque un enorme plan de estímulo económico en China impulsó inicialmente a las bolsas, al final del día comenzaron a ceder sus ganancias.

En medio de nuevas evidencias de la desaceleración económica, el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió con el presidente saliente, George W. Bush.

Los dos líderes, quienes no efectuaron declaraciones en público, mostraron que contemplarían la tradición política, callando sus diferencias y cualquier resentimiento para entablar una conversación profunda en privado sobre los desafíos mundiales que esperan a Obama, que reemplazará a Bush el 20 de enero.

La Reserva Federal (Fed) y el departamento del Tesoro estadounidense anunciaron que elevarán dramáticamente la ayuda federal a la aseguradora AIG, de 85.000 millones de dólares a más de 150.000 millones.

Fannie Mae, el gigante de la refinanciación inmobiliaria estadounidense actualmente bajo protección estatal, anunció por su lado una colosal pérdida en el tercer trimestre de 28.990 millones de dólares, y la empresa estadounidense de venta de artículos electrónicos Circuit City se acogió bajo la ley de quiebras.

El subsecretario del Tesoro estadounidense para la estabilidad financiera, Neel Kashkari advirtió que "dada la complejidad de las numerosas transacciones que deben ser ejecutadas" en el marco del plan de recapitalización de bancos, "se necesitarán algunos meses para que todas esas inversiones se hagan".

El gigante de la logística alemán, Deutsche Post, anunció que eliminará 9.500 puestos de trabajo al poner fin a sus actividades de correo privado exprés (DHL) en Estados Unidos, que genera fuertes pérdidas, y que se suman a los 5.400 empleos suprimidos desde comienzos de año.

La producción industrial en Francia también cayó un 0,5% en septiembre en relación a agosto, que había mostrado a su vez un retroceso de 0,4%.

El presidente del Eurogrupo y primer ministro de Luxemburgo, Jean Claude Juncker, dijo ser favorable a adoptar medidas "coordinadas" entre Estados europeos para ayudar al sector automovilístico.

"Estados Unidos se apresta a apoyar con aportes públicos a su sector automovilístico. No podemos ignorar lo que hacen los estadounidenses. No podemos aceptar una situación en la cual el sector automovilístico europeo desaparecería del escenario mundial", afirmó Juncker.

La producción industrial italiana se hundió un 2,1% en septiembre en relación a agosto, la mayor caída en un mes en una década, según datos oficiales divulgados el lunes.

La producción de la industria automovilística, un motor de la actividad económica en Francia, fue particularmente afectada, y se hundió un 3,1%, según la agencia nacional de estadísticas.

Los pedidos de bienes de equipamiento en Japón cayeron a su menor ritmo en una década (-10,4%) en los tres meses que culminaron en septiembre, mientras la economía se halla al borde de la recesión, indicaron cifras oficiales.

La Bolsa de Nueva York abrió el lunes con sólidas alzas, sostenida por el amplio plan de reactivación anunciado por China para estimular su economía, pero al cierre, el Dow Jones perdió 0,82% y el Nasdaq 1,86%, afectada por los temores sobre el futuro de las empresas estadounidenses.

Los precios del petróleo ganaron poco más de un dólar en Nueva York (a 62,41 dólares) y Londres (a 59,08 dólares), continuando la recuperación iniciada el viernes, sostenidos por el plan de estímulo económico anunciado por Pekín.

El Grupo de las Veinte mayores naciones emergentes y desarrolladas (G-20) prometió en tanto adoptar "todas las medidas necesarias" para estimular la alicaída confianza en los mercados y otorgar mayor voz a los países en desarrollo en los asuntos financieros mundiales.

La reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20 en Sao Paulo indicó que existe un consenso para realizar grandes reformas del sistema financiero internacional, devastado por una crisis crediticia.

El encuentro preparó el camino para la cumbre del G-20 el 15 de noviembre en Washington, convocada por Bush, para hallar respuestas a la crisis financiera.

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, llamó a crear "un nuevo orden" económico mundial, que dé prioridad "al ser humano y no a la especulación financiera", tras ser recibido en Roma por el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano.

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