martes, 4 de noviembre de 2008

La UE le dice a Francia: "No tan rápido"

BRUSELAS.- Los ministros de Hacienda de la Unión Europea advirtieron el martes a Francia que está apresurándose demasiado al impulsar, con una premura excesiva, sus planes sobre la regulación financiera global de cara a la conferencia cimera de la próxima semana en Washington.

Empero, los ministros siguen dispuestos a incrementar los poderes del Fondo Monetario Internacional para contener la crisis financiera, que ha encarecido el costo de los créditos y causó bajas generalizadas en semanas recientes tanto en los mercados bursátiles como los de divisas.

Francia ha pedido a los miembros del G-20 que acudan a la reunión cimera del 15 y 16 de noviembre que se comprometan con una supervisión financiera rígida y con la adopción de medidas para evitar los riesgos temerarios en la industria bancaria.

El presidente Nicolas Sarkozy ha insistido que las medidas comiencen a aplicarse ya, para evitar una repetición de la crisis financiera.

Empero, los diplomáticos presentes en las negociaciones de ministros de la UE dijeron que no hay entusiasmo para adoptar una regulación financiera global precisamente cuando la crisis quizá no haya tocado fondo.

Los gobiernos "deben apagar primero el incendio", dijo un diplomático que se negó a ser identificado por no estar autorizado a dialogar con la prensa.

Pese a la reticencia de muchos países, la ministra de Hacienda francesa Christine Lagarde dijo que en general hay un "apoyo enorme" por parte de las naciones de la UE para una mayor supervisión financiera a nivel mundial y para incrementar los poderes del FMI.

"En este momento hay claramente una urgencia y una demanda de que avancemos" con premura, aseguró la ministra.

Lagarde dijo que Europa está ansiosa por incorporar a su plan a otras naciones y eliminar con ello las salvedades que permiten a ciertas naciones evitar las regulaciones e impiden a los actores financieros soslayar un escrutinio más intenso.

"Debemos trabajar con denuedo y avanzar sobre una base global para eliminar este riesgo", agregó.

"No debemos regular en exceso, no debemos pasarnos, pero obviamente debemos cerciorarnos que no dejemos salvedades o agujeros negros en el sistema regulatorio que dejen sin escrutinio alguno tanto a instituciones como territorios, dejándolos escapar de dicha regulación", dijo la ministra a los periodistas.

La posición europea quizá rebaje las expectativas de la cumbre de Washington, el primer encuentro entre las principales potencias económicas para reformar el sistema financiero global.

Tendrá lugar una semana después de la elección de un nuevo presidente estadounidense y quizá dé pie a una serie de cumbres financieras globales en lugar de atajar de inmediato el problema mediante medidas reformadoras amplias.

El G-20 está integrado por las democracias industrializadas del G-7 _ Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Gran Bretaña y Estados Unidos _ y varias potencias económicas emergentes, como Brasil, India, Rusia y China.

En Berlín, la canciller Angela Merkel dijo esperar que el encuentro obtenga el respaldo de los asistentes para negociar "una nueva constitución financiera en la que exijamos más transparencia", en los próximos meses.

Los gobiernos de la UE acordaron que debería reforzarse el FMI y desearían una mayor coordinación entre los organismos supervisores de todo el mundo _ aunque quieren más tiempo para analizar la forma de hacerlo.

Francia y Gran Bretaña pidieron grupos de reguladores para que supervisen a los principales grupos financieros multinacionales: quizá con el intercambio de información entre los supervisores europeos y estadounidenses sobre sus bancos regionales.

Merkel dijo que el FMI debería desempeñar ese cometido y supervisar las empresas financieras activas en varias regiones. El Fondo, con sede en Washington, ha prestado ya miles de millones de dólares a Hungría, Islandia y Ucrania, laceradas especialmente por la crisis.

Los líderes de la UE se reunirán el 7 de noviembre para coordinar el pedido de las naciones europeas en el encuentro global.

"Es importante que Europa hable como una sola voz" en la reunión del G-20 en Washington, dijo el ministro austriaco de Hacienda Wilhelm Molterer.

La UE planea su propia reforma del sistema financiero, con la adopción de normas nuevas para supervisar más estrechamente las agencias de valoración de riesgos y cambiar la forma en que los bancos venden deudas de alto riesgo respaldadas por garantía real.

"Ha llegado el momento en que no podemos confiar ya en la autorregulación" por parte del sector financiero, afirmó el ministro de Hacienda holandés Wouter Bos.

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