viernes, 21 de noviembre de 2008

Los bancos centrales, vigilantes ante una posible deflación

LONDRES.- La demanda de la zona euro se está derrumbando y las presiones sobre los precios están desapareciendo, según mostraron hoy viernes datos empresariales, mientras los gobernadores de los bancos centrales sopesaban la sombría perspectiva de una deflación.

El Banco de Japón mantuvo invariable su tipo de interés clave en sólo un 0,3 por ciento y dijo que el camino hacia la recuperación sería largo. Por su parte, Estados Unidos, Reino Unido y Europa bajarán previsiblemente sus tipos de nuevo el próximo mes, mientras la peor crisis financiera en 80 años acelera la recesión en gran parte del planeta.

El gobernador del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa, dijo que estaba atento ante el riesgo de deflación mientras Japón se hunde en la recesión, aunque no predijo la llegada de caídas generalizadas en los precios.

"Se prevé que la economía global experimente un ajuste severo por algún tiempo", dijo a la prensa.

Por su parte, el presidente de la Reserva Federal de St Louis, James Bullard, dijo que como los tipos de interés ya estaban bajos, el banco central estadounidense podría tener que depender de la "flexibilización cuantitativa" para evitar la deflación, lo que recuerda a la estrategia adoptada por Japón en los noventa, cuando realizó grandes inyecciones de liquidez para reactivar la economía después de que los tipos oficiales bajaran al cero por ciento.

Los mercados esperan que la Fed recorte los tipos al 0,5 por ciento en diciembre.

Todo el mundo tiene muy presente la lucha de Japón contra las caídas constantes de precios y el estancamiento económico, que duró una década.

Desactivar una recesión es mucho más difícil si los precios bajan de forma generalizada y constante, pues no hay incentivos para gastar porque los consumidores y las empresas saben que los precios seguirán bajando.

Ante las reticencias de los bancos para prestar - después de que el hundimiento del mercado inmobiliario de Estados Unidos hiciera que muchas entidades sufrieran enormes pérdidas e incluso algunas quebraran -, una deflación representaría una tormenta económica perfecta.

Un miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, Yves Mersch, dijo a la agencia de noticias Dow Jones que los precios de la zona euro podrían bajar el próximo año, aunque él no auguraba una deflación generalizada.

"Yo no descartaría que en uno o dos meses pudiéramos tener un índice de precios a la baja", dijo Mersch, también gobernador del banco central de Luxemburgo.

En la zona euro de 15 países, la actividad manufacturera y de los servicios se contrajo abruptamente, mientras que las presiones inflacionistas se disiparon.

El índice compuesto de los gerentes de compras de la zona euro elaborado por la firma Markit se derrumbó a un mínimo récord de 39,7 en noviembre, debajo de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción.

Los datos reforzarán las expectativas de que el BCE baje los tipos al menos en 50 puntos básicos cuando se reúna en diciembre.

La encuesta confirmó que se habían evaporado las presiones inflacionistas, pues el subíndice de precios disminuyó a 47,6, mínimo desde julio de 2003.

"Los riesgos de deflación también crecieron, pues los precios cobrados por los productores y las empresas de servicios bajaron al ritmo más veloz en más de cinco años", sostuvo Chris Williamson, de Markit.

Las bolsas subían el viernes desde sus mínimos en cinco años, apuntaladas por las expectativas de nuevas rebajas de tipos, lo que llevó a los inversores a cubrir posiciones cortas antes del fin de semana.

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