martes, 11 de noviembre de 2008

Los datos económicos pobres acompañan el pesimismo empresarial mundial

LONDRES.- Los débiles datos económicos de China, Japón y Gran Bretaña, y un sombrío panorama corporativo a nivel internacional, aumentaban el martes los temores a una recesión prolongada, llevando a los inversores a enfocarse en la cumbre de líderes mundiales del sábado para encontrar soluciones.

El crecimiento de las importaciones chinas se desaceleró en octubre y la inflación bajó a mínimos en 17 meses al enfriarse la demanda, lo que podría llevar a Pekín a recortar pronto los tipos de interés para respaldar el nuevo plan de estímulo económico del Gobierno.

"El riesgo creciente de deflación hará más agresivo al banco central para flexibilizar su política monetaria", dijo Hu Yuexiao, analista de Shanghái Securities.

En Japón, las exportaciones se derrumbaron casi un 10 por ciento en los primeros 20 días de octubre.

Además, en ese país las bancarrotas corporativas se dispararon un 13,4 por ciento en términos anuales y la confianza del sector servicios disminuyó al mínimo histórico, todas señales de que Japón, segunda economía mundial, se tambalea al borde de la recesión.

La confianza de los inversores y los analistas alemanes ante el panorama de la mayor economía de Europa mejoró este mes, pero continuó en niveles deprimidos debido a que la nación probablemente ya está en recesión.

En Gran Bretaña, las ventas minoristas bajaron por quinto mes consecutivo en octubre, y en la mayor magnitud en más de tres años, al tiempo que un sondeo de la industria inmobiliaria mostró que las ventas de casas cayeron a su menor nivel en casi 30 años.

"Estos números son muy malos, especialmente antes de la Navidad", dijo Stephen Robertson, director general del Consorcio Minorista Británico, respecto a los datos de las ventas.

Lo que comenzó el año pasado como una crisis financiera, cuando se secó el crédito interbancario ante las enormes pérdidas del mercado inmobiliario de Estados Unidos, ahora ha degenerado en un amplio declive mundial, donde incluso China, una nación de rápido crecimiento, no ha resultado inmune.

Debido al racionamiento crediticio, los bancos han clausurado el crédito entre sí, hacia las empresas y las familias desde hace ya un año.

Los inversores están atentos a una cumbre de líderes mundiales que se celebra el sábado en Washington para ver si allí surgen nuevas soluciones, después de las medidas en todo el mundo para reducir los tipos de interés, reactivar los mercados de dinero y recapitalizar los bancos.

"Necesitamos coordinación de las políticas monetarias y fiscales en todo el mundo (...) ahora es urgente una respuesta económica amplia y concertada", dijo en una conferencia de prensa el primer ministro británico, Gordon Brown.

"La segunda prioridad es que acordemos un cronograma para medidas que limpien los fallos de nuestro sistema bancario", agregó.

Pero las autoridades están minimizando la probabilidad de que surjan medidas drásticas y los asesores del presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, a quien los líderes mundiales han pedido que priorice la crisis del crédito, dijeron que él no participará en la cumbre del 15 de noviembre.

Muchos en Europa desearían una reforma radical de la regulación financiera, pero las autoridades de Estados Unidos se han mostrado más reticentes.

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