sábado, 8 de noviembre de 2008

Lula pide reorganizar las finanzas mundiales en Washington

SAO PAULO.- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió hoy sábado una revisión general del sistema financiero mundial, que "se ha derrumbado como un castillo de naipes" tras la crisis crediticia, y solicitó una mayor participación de los países con economías emergentes.

El líder brasileño, dirigiéndose a responsables financieros y directores de bancos centrales del grupo de países que conforman el G-20, fustigó a la "fe dogmática en la no intervención en los mercados" que ha sido impulsada por Estados Unidos y otras naciones.

Lula remarcó que los emergentes deben ser tomados en cuenta a la hora de tomar decisiones y advirtió que ya caducó el G-7; el bloque formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido y que es el principal referente de la marcha de la economía mundial.

"Debemos gobernar en forma nueva y más inclusiva y Brasil está listo para enfrentar sus responsabilidades", dijo el ex líder sindical. "Es el momento para realizar un pacto entre los gobiernos para crear una nueva arquitectura financiera para el mundo".

El presidente brasileño dijo que las principales naciones emergentes del mundo desempeñarán un papel destacado en la próxima reunión de Washington sobre la crisis mundial, ya que los países pobres son víctimas inocentes de la convulsión económica global que "se ha desplomado como un castillo de naipes".

Pidió a los ministros de Hacienda del Grupo de los 20 reunidos en Sao Paulo que "formulen propuestas para un cambio sustancial de la arquitectura financiera internacional".

Agregó que "todos estamos pagando por esta aventura. "Este sistema de desplomó como un castillo de naipes y arrastró con él la fe dogmática en los principios de no intervención en la economía por parte del estado".

Los ministros de Hacienda y los presidentes de los bancos centrales reunidos en Sao Paulo como preparación al encuentro que el Grupo de los 20 efectuará el 15 de noviembre en la capital estadounidense, intentan "diseñar una nueva arquitectura financiera mundial", dijo el presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

Empero, da Silva agregó que las naciones ricas como Estados Unidos y las de la Unión Europea deben de reconocer ahora el creciente desempeño global de países como Brasil _ y otorgarles el poder para desarrollar nuevas normas financieras internacionales.

Está en juego mucho, agregó, porque millones de pobres de todo el planeta sufren como resultado de la crisis crediticia global que comenzó en los países desarrollados y se extendió al resto del planeta.

"Están en juego vidas humanas", dijo da Silva.

Tras desaparecer virtualmente los créditos de los bancos europeos y estadounidenses al evaporarse la confianza, los inversionistas extranjeros comenzaron a retirar sus inversiones de los mercados emergentes, obligando a gobiernos como el de Brasil a adoptar medidas extremas para apuntalar sus castigadas divisas y facilitar líneas de crédito a las empresas".

"Los fondos extranjeros de inversiones están retirando sus haberes en los mercados de capital de los países emergentes para cubrir las pérdidas que sostuvieron en los mercados avanzados", dijo da Silva. "Esta pérdida de fondos afecta la balanza de pagos y dificulta que las empresas se financien".

Francia sugirió incorporar las principales economías emergentes, como Brasil, México, China y la India, al Grupo de los 8 países más desarrollados, y el ministro de Hacienda brasileño dijo que su país cree que el G-8 debería ser transformado en una versión extendida, quizá el G-15.

No especificó qué países deberían ser incorporados además de Brasil, Rusia, la India y China.

Los presidentes europeos sugirieron el viernes transformar al Fondo Monetario Internacional en el supervisor de las finanzas mundiales, con más poderes para frenar las crisis financieras y con más recursos monetarios para socorrer a los países en apuros.

Da Silva no comentó directamente sobre el futuro papel del FMI, pero dijo que los dirigentes mundiales "deben revisar el desempeño de los mecanismos existentes o crear otros nuevos a fin de fortalecer la supervisión y la regulación de los mercados financieros".

Brasil y otras economías emergentes han mantenido desde hace tiempo que carecen de representación suficiente en organismos como el FMI y el Banco Mundial. Da Silva dijo que el G-20 está en condiciones de elaborar nuevas normas financieras internacionales porque cuenta con una amplia representación de países ricos y en vías de desarrollo.

"Necesitamos un nuevo régimen, más abierto y participativo. Brasil está dispuesto a a sumir sus responsabilidades. No es el momento del nacionalismo de vía estrecha o de soluciones individuales", agregó.

Los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales se encontraron el sábado en Sao Paulo, centro económico de Brasil, para buscar formas de encarar la crisis financiera mundial.

El ministro canadiense de Finanzas, Jim Flaherty, prevé que los jefes de bancos centrales continúen las discusiones de acción conjunta para rebajar más las tasas de interés y parar el golpe al crecimiento de la crisis financiera.

"Espero que estas discusiones lleven a algún grado de acción coordinada", dijo a los periodistas mientras continuaban las negociaciones.

El viernes, las naciones "BRIC" - Brasil, Rusia, India y China - adoptaron por primera vez una postura común que pide reformas de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) para reflejar la creciente importancia de las economías en desarrollo.

El G-20, que incluye a grandes economías emergentes e industrializadas debería constituirse como el principal foro de discusión de las finanzas mundiales, según Brasil.

"Descartamos agruparnos con el Grupo de los 7 países más ricos meramente para beber café y tenemos que tener un papel más importante en las discusiones", dijo el viernes el ministro de Finanzas brasileño, Guido Mantega.

Lula ha criticado durante largo tiempo el predominio de Estados Unidos y otros países desarrollados en la forma en que se toman las decisiones sobre las finanzas mundiales.

"Miles de millones de seres humanos esperan que estemos a la altura de los desafíos que la realidad nos colocó por delante. No podemos, no debemos, y no tenemos el derecho de fallar", advirtió Lula.

"Precisamos de una nueva gobernanza, más abierta y participativa", afirmó, y reclamó "un pacto entre gobiernos para una nueva arquitectura financiera mundial, capaz de promover seguridad y desarrollo en bases equitativas para todos".

Entre los asistentes al encuentro de Sao Paulo se encuentran jefes de bancos centrales como Ben Bernanke, de la Reserva Federal de Estados Unidos, y Jean-Claude Trichet, del Banco Central Europeo.

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