lunes, 24 de noviembre de 2008

Malo de Molina alerta del riesgo de un déficit voluminoso de finanzas públicas al arbitrar medidas por crisis en España

SEVILLA.- El director general del Banco de España, José Luis Malo de Molina, advirtió del riesgo que podría suponer un "déficit voluminoso" en las arcas públicas al articular programas de apoyo a los sectores más afectados por la crisis, por lo que demandó que, al arbitrar medidas contra la actual situación, "no se pierda de vista la necesaria estabilidad de las finanzas públicas a medio plazo".

Malo de Molina, que pronunció hoy una conferencia sobre 'La economía española en un contexto de tensiones financieras', organizada por la Cámara de Comercio de Sevilla, consideró que "cuando se use la política para dar soporte a la economía, debe hacerse de forma que no se pierda de vista la necesaria estabilidad de las arcas públicas", de manera que lo que se haga "debe hacerse pensando en que nada sería peor que encontrarnos en una situación de recesión y con un déficit público muy voluminoso, porque en ese caso tendríamos que combatir la crisis y además reducir el déficit público, algo que actuaría en dirección contraria a lo que la crisis requiere".

"Hay poco margen y el que hay se debe usar con cuidado para evitar que se cree un problema más serio, por el que se pondría en duda la sostenibilidad de las finanzas públicas", apuntó Malo de Molina como uno de los retos para abordar la crisis financiera, junto a otros "que serán determinantes en la duración y la intensidad del proceso de ajuste en que actualmente está sumida la economía".

Entre esos factores, junto al ya citado de la estabilidad financiera de las arcas públicas, el dirigente del Banco de España apostó por "cuidar el sistema financiero español y mantenerlo con solidez, para que salga bien parado y con fuerza para reanudar y mantener los flujos de financiación de la economía española".

En ese sentido, indicó que, "aunque la mayor parte de la salida de la crisis financiera no es nuestro y dependerá de lo que ocurra en el mundo", apostó por "dejar que el sistema financiero soporte bien la crisis financiera para que cuando la crisis vaya alejándose nuestro sistema financiero esté en condiciones de cumplir su función de analizar los recursos hacia los demandantes de los mismos, esto es, familias y empresas".

También apuntó como reto "frenar el efecto multiplicador de las tendencias recesivas en el empleo" y tras recordar que "la velocidad a la que destruía empleo fue un factor determinante de la profundidad de anteriores crisis", consideró que en la situación actual "debemos tener en cuenta cómo conseguir que el funcionamiento del mercado de trabajo permita amortiguar y minimizar el efecto del ajuste sobre el empleo, porque cuanto más empleo se destruya mayor será el impacto de la crisis en el conjunto de la economía", tras lo que destacó aspectos en ese sentido como el "comportamiento moderado y razonable" de los salarios, la "flexibilidad" en las formas de contratación, las posibilidades de ajuste de las empresas o la movilidad de la mano de obra.

En ese sentido destacó el "poderoso instrumento" que supone incrementar la flexibilidad de la economía, que permita "nuevas oportunidades de negocio, que incrementen el dinamismo empresarial y la innovación, todo lo que la agenda de reformas de los gobiernos para combatir y suavizar la crisis".

7 También reconoció como "asignaturas pendientes" y "deficiencias" la necesidad de mejorar la productividad, pues la economía española "tiene unos niveles bajos y las autoridades han tardado en asumir la importancia de este parámetro, que será clave para el desarrollo" y apuntó que para mejorar la productividad "será necesario mejorar la educación y la innovación, dos asignaturas pendientes en este país".

En su intervención, Malo de Molina hizo un recorrido pormenorizado de la actual situación de crisis, definida como "ajuste severo" donde se pasó de apuntar la existencia de "accidentes individuales" a una "crisis global" que en España se unió a un cambio de ciclo y a una "prolongación excesiva del 'boom' inmobiliario" y que la expansión inmobiliaria "se haya sobredimensionado, con una sobrevaloración de la vivienda y un exceso de promociones de viviendas".

De esta forma, ante la existencia de ciertos desequilibrios "la economía española ya venía perdiendo fuelle antes del inicio de la actual crisis, de forma que la progresiva desaceleración se ha convertido en un ajuste muy severo al enfrentarse ante circunstancias excepcionalmente adversas". Agregó que el ajuste económico se está trasladando y transmitiendo al conjunto de la economía por el canal del empleo y a una disminución y un deterioro de la confianza.

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