sábado, 15 de noviembre de 2008

Más acción del Estado evitará una recesión mundial

WASHINGTON.- Las principales potencias económicas acordaron el sábado realizar todas las acciones a su alcance para evitar un agravamiento de la crisis financiera, incluyendo el fortalecimiento de la presencia del estado en los mercados libres como medio de garantizar la transparencia de sus acciones y darle nuevas reglas de juego.

En una declaración dijeron que las políticas a ser implementadas deberán constituir "principios comunes de una reforma" que fortalezca el sistema regulatorio nacional e internacional, considerado como uno de los principales causantes de la crisis financiera que prácticamente ha paralizado las economías más poderosas.

Reunidos en Washington en una cumbre presidencial, los miembros del G-20 (el grupo de naciones ricas y no muy ricas) hace la salvedad sin embargo que la supervisión estatal en los mercados deberá ser "prudente" y asegurarse que todos sus participantes sean sometidos a los mecanismos "apropiados a sus circunstancias".

Fortalecer el mercado mediante una mayor participación del estado "parece una contradicción", hizo notar el presidente mexicano Felipe Calderón, uno de los tres participantes latinoamericanos en la cumbre convocada por el presidente George W. Bush.

"Eso no significa que el libre mercado esté muerto, que esté terminada la economía global", afirmó en una rueda de prensa en la embajada mexicana. "Al contrario, se requiere más mercado... pero también más estado que lo regule, que corrija sus desigualdades y evite sus arbitrariedades y sus abusos".

La desregulación financiera excesiva fue un factor que los presidentes señalaron coincidentemente como uno de los principales causantes de la crisis. Dijeron que al mantenerse por un largo periodo avivó las vulnerabilidades financieras en los países industrializados y acentuó las dificultades fiscales en unos mientras en otros generaba elevados superávit.

En la declaración, emitida al término de sus deliberaciones que empezaron la noche del viernes con una cena en la Casa Blanca, los gobernantes señalaron no sólo posiciones principistas sino también fijaron un plan de acción, parte del cual debería estar ya implementado para la siguiente reunión antes del 30 de abril del 2009, cuando Barack Obama será ya presidente en reemplazo de Bush.

"Debemos sentar las bases de una reforma que nos asegure que una crisis global como esta no ocurra otra vez", dijo Bush a los asistentes al concluir la cumbre, recordándoles que esa no sería tarea de una sola reunión. "Tenemos todavía mucho trabajo por delante".

El mensaje del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva de que las economías emergentes --que el próximo año generarán todo el crecimiento económico global ya que los ricos estarán en recesión-- debieran tener más voz y voto en los asuntos financieros mundiales fue plasmado en la declaración. Pero, ésta señala al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al G-20 como el foro más apropiado para esa nueva realidad.

La presidenta argentina Cristina Fernández no formuló declaraciones. A la sesión de apertura a las 8 de la mañana, Fernández llegó tan atrasada que no pudo posar para la foto oficial con sus demás colegas. Pero éstos accedieron a formarse otra vez para incluirla.

El primer ministro británico Gordon Brown destacó como uno de los acuerdos importantes de la reunión la coincidencia de reactivar las detenidas conversaciones de la ronda de Doha, que hace siete años busca establecer nuevas reglas del comercio mundial.

"Ese es un importante acuerdo junto con la estabilidad financiera y la expansión de nuestras economías", dijo.

El hecho de que la declaración incluya un plan de acción motivó un comentario de "espíritu alentador" del presidente francés Nicolas Sarkozy, uno de los más entusiastas sobre el éxito de la cumbre, la primera de su tipo desde que el G-20 fuera creado en 1998.

Los presidentes acordaron también expandir el número de miembros del Foro de Estabilidad Financiera, un grupo poco conocido con sede en Basilea, Suiza, formado en 1999 para promover la estabilidad financiera internacional mediante el intercambio de información y cooperación internacional en supervisión y vigilancia financiera. Actualmente tiene 12 países miembros, de los cuales sólo Singapur es del bloque de economías emergentes.

Mientras la reunión llegaba a su fin, centenares de personas se manifestaron en calles de Washington contra la guerra, a favor de la independencia tibetana o por otras causas propias de su activismo. Pero, la cumbre no congregó las multitudes de manifestantes de otros encuentros como éste, especialmente de los realizados a comienzos de esta década.

Además de Estados Unidos, Argentina, Brasil, México, Gran Bretaña y Francia, participaron Canadá, China, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, Arabia Saudí, Sudáfrica, Corea del Sur, España y Turquía.

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