lunes, 17 de noviembre de 2008

Obama se enfrenta al dilema comercial en medio de la crisis

CHICAGO.- ¿Sucumbir a la presión política del proteccionismo o usar el comercio para inyectar crecimiento a una tambaleante economía estadounidense? Este es el dilema que enfrenta el presidente electo Barack Obama al trazar su política comercial en la cuenca del Pacífico.

Mientras los líderes del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) se reúnen en Lima esta semana para renovar sus votos contra el proteccionismo, Obama se dispone a heredar una economía masivamente deficitaria que no se ha recuperado de su peor crisis financiera desde la Gran Depresión.

En medio del caos, el líder demócrata está bajo presión para ignorar acuerdos de libre comercio que la administración de su predecesor firmó con varios aliados.

"El presidente entrante enfrentará más presión política a favor del proteccionismo que cualquier otro jefe del Ejecutivo de Estados Unidos desde 1930", dijo el subsecretario de Comercio saliente Christopher Padilla en vísperas de la cumbre de la APEC, del 21 al 23 de noviembre.

"La manera en que el presidente electo Obama responda a esta presión definirá el curso de la economía global, y la identidad económica de Estados Unidos, durante una generación", agregó.

No está claro si Obama dará impulso al plan iniciado por la administración Bush de forjar un área de libre comercio del Asia-Pacífico que se extienda de China a Chile, aunque algunos países como Japón, no se han mostrado muy entusiastas con respecto al plan.

Otra iniciativa de Bush en el APEC que la futura administración Obama debe considerar es el acuerdo para derribar las barreras tarifarias que Washington quiere forjar con Singapur, Nueva Zelanda, Chile y Brunei.

El nuevo líder estadounidense podría también conducir a la agrupación del APEC a su foco central de la liberalización del comercio y la inversión.

"Tal vez el APEC podría volver a comprometerse en la liberalización y la integración del comercio como su foco central, en lugar de la seguridad", dijo un asesor en referencia al énfasis de Washington en esta materia en las reuniones tras los ataques del 11 de septiembre.

"Hemos intentado usarlo para seguridad en parte porque no estábamos en otras organizaciones que podrían brindar una buena oportunidad", dijo el asesor a condición de anonimato.

El gobierno de Bush ha forjado acuerdos de libre comercio con 17 países, incluyendo Australia, Singapur, Corea del Sur, Colombia y Perú. Obama, respaldado firmemente por los sindicatos, se opone sin embargo a los acuerdos realizados con Colombia y Corea del Sur, que junto con un acuerdo firmado con Panamá esperan la aprobación del Congreso.

También quiere renegociar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (NAFTA), diciendo que quiere proteger empleos estadounidenses.

Obama sostiene que el acuerdo con Corea del Sur, el más importante desde el NAFTA hace 15 años, le da a los fabricantes automotores norteamericanos muy poco acceso al mercado surcoreano.

La mayor prioridad para el presidente electo es hacer que el Congreso de Estados Unidos, que se reúne esta semana, siente las bases para un plan de estímulo económico para el mercado del automóvil, impulsando el crecimiento y el empleo.

Bush le dijo a su sucesor la semana pasada que podría respaldar el plan si Obama y los legisladores demócratas abandonan su oposición a los acuerdos de libre comercio pendientes, según ciertas informaciones de prensa, negadas por asesores de los dos líderes.

"Mientras actuamos en concierto con otros países, también debemos actuar de inmediato aquí en casa para encarar la crisis económica del propio Estados Unidos", dijo Obama.

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