martes, 18 de noviembre de 2008

Pese a la crisis global, China sigue pisando firme en Latinoamérica

LIMA.- China no está dejando que la crisis financiera global afecte sus ambiciosos planes para Latinoamérica, donde ha invertido miles de millones de dólares en la minería y reemplazado a Estados Unidos como el principal socio comercial de Chile.

El comercio chino con Latinoamérica se multiplicó más de diez veces desde el 2000 y nada hace pensar que vaya a mermar. China, la cuarta economía más grande del mundo, está tratando de sellar un acuerdo de libre comercio con Perú antes de la conferencia de este fin de semana entre las 21 naciones de la cuenca del Pacífico.

"Algunas compañías extranjeras están cancelando sus proyectos en Perú", expresó el agregado de prensa de la embajada de China en Lima, Zhu Jingyang. "China no".

China acostumbra a hacer planes a largo plazo y es improbable que el voraz apetito de los chinos por materias primas disminuya.

Al tope de su lista figuran el cobre y el hierro, que tanto abundan en la región andina. En mayo, los chinos firmaron un acuerdo de 2.200 millones de dólares para extraer más de 7 millones de toneladas de cobre de un solo tajo a cielo abierto en Toromocho.

China negocia la construcción de una planta metalúrgica de 3.000 millones de dólares en Brasil, donde el Banco de China planea abrir una sucursal el año que viene con un capital inicial para préstamos de 100 millones de dólares. Además ha invertido en la exploración petrolera en Ecuador, Colombia y Venezuela.

Las materias primas, no obstante, no son lo único que buscan los chinos. También apetecen los mercados latinoamericanos.

El presidente chino Hu Jintao va a la cumbre del Foro de Cooperación Económica entre Asia y el Pacífico (APEC) de este fin de semana acompañado por una delegación de 600 personas, incluidos 12 ministros. El tamaño de la delegación es similar al de la que llevó hace cuatro años a la cumbre de Chile, cuando todavía no se había producido la desaceleración mundial.

La delegación no está dominada por ejecutivos de la industria minera sino por líderes empresariales en los campos de las telecomunicaciones, la agricultura y otros sectores.

Funcionarios chinos y peruanos dicen que esperan poder firmar un acuerdo de libre comercio durante la cumbre, a pesar de los temores de sectores como el textil de fabricación de calzados de que el pacto perjudique sus industrias.

El acuerdo sería el segundo de su tipo entre China y un país latinoamericano. En el 2005 China firmó un pacto de libre comercio con Chile y el año pasado desplazó a Estados Unidos del primer lugar en la lista de países con mayor intercambio comercial con los chilenos.

Hu hizo una escala en Costa Rica, el primer país centroamericano que reconoció a China, y dijo que las dos naciones comenzarán negociaciones con miras a un acuerdo de libre comercio en enero, que espera esté listo para firmar a principios del 2010.

"Las relaciones de China con Latinoamérica y el Caribe nunca han sido tan estrechas", declaró Hu al diario limeño El Comercio, en una entrevista a toda página. Más de 400 compañías chinas se han registrado para hacer negocios en Latinoamérica.

La presencia diplomática de China en estos países es bastante limitada, en contraste con la de Washington, que tiene mucho peso político y militar en una región que considera su patio trasero. Pero la presencia económica de los chinos crece a paso acelerado.

El intercambio comercial entre China y Latinoamérica fue de 102.000 millones de dólares el año pasado y en los primeros nueve meses de este año trepó a 111.000 millones, según indicó a la AP el embajador de Chile en Pekín, Fernando Reyes. El intercambio comercial de Estados Unidos con la región latinoamericana, en tanto, fue de 560.000 millones de dólares en el 2007.

El gobierno de Hu insiste en que sus intereses no son solo comerciales. En su primer pronunciamiento político sobre las relaciones con la región, el ministerio de relaciones exteriores chino dijo que podría ayudar a los países latinoamericanos a reducir sus deudas. Y que también desea ayudar a acortar la brecha entre ricos y pobres en la región.

Con ese fin, el mes pasado China hizo al Banco Interamericano de Desarrollo un modesto aporte de 350 millones de dólares destinados a inversiones sociales y proyectos para erradicar la pobreza. Washington, por su parte, aporta el 30% de los fondos del BID, cuyo capital total supera los 100.000 millones de dólares.

La contribución china puede ser pequeña, pero está llena de simbolismo, ya que deja en claro que Estados Unidos no es la única potencia mundial a la que puede acudir Latinoamérica en busca de ayuda.

"La realidad es que, en cierto sentido, el destino de Latinoamérica ya no depende de Estados Unidos exclusivamente. O por lo menos no está tan entrelazado como antes", afirmó Daniel Erickson, de la organización investigadora Diálogo Interamericano, con sede en Washington.

Muchos analistas dudan que China pueda hacer de contrapeso y afectar la influencia política de Estados Unidos en la región. Además, ese no es el estilo de Beijing.

"Estados Unidos tiene profundos lazos económicos y culturales con Latinoamérica que los chinos no pueden equiparar", expresó Nicholas Consonery, del Eurasia Group de Washington. "No creo que el propósito de Beijing sea disminuir la influencia de Estados Unidos en la región, sino más bien, tener acceso a sus recursos".

Numerosos economistas creen que la economía china seguirá creciendo mientras otras se contraen, y que China puede ejercer liderazgo y ofrecer líneas de crédito a países en desarrollo, en vista de que tiene reservas en efectivo de 1.900 billones de dólares.

El presidente del BID Luis Alberto Moreno declaró que pronostica que el crecimiento de Latinoamérica baje del 4,5% del 2008 al 2,5% en el 2009, lo que podría agravar el desempleo.

Eso inquieta a los opositores al acuerdo de libre comercio entre Perú y China, a la luz de lo que ha sucedido con otros países. Si bien Chile tiene una balanza comercial más equilibrada con China debido a que su economía está muy desarrollada, México importa de China 16 veces más de lo que exporta a ese país.

La ministra peruana de comercio exterior, Mercedes Aráoz, dijo que el acuerdo comercial protegería un 20% de los productos peruanos, incluyendo los textiles, los calzados y la ropa, que no pagarían tarifas aduaneras.

Pero los detractores del proyecto dicen que generará desempleo. Y el presidente de la comisión de comercio exterior del Congreso peruano, David Waisman, legislador de la oposición, expresó preocupación por la ausencia de normas que protejan el medio ambiente y a los trabajadores.

"El 90% de lo que Perú exporta a China son bienes sin valor agregado, exclusivamente minerales", declaró. "Los sectores que generan empleos en Perú son la pequeña y mediana empresa, no la industria minera".

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