MURCIA.- El ex ministro español de Asuntos Exteriores y de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, aseguró que no cree en las "reuniones milagro" y consideró que la cumbre del G-20 que celebrará mañana sábado en Washington para refundar las bases del capitalismo "lo único que busca aparentemente es la foto".
Piqué explicó que "no se puede reformar el sistema institucional multilateral económico que salió de Bretton Woods con una única reunión de fin de semana".
En este sentido, indicó que "hay que trabajar antes, poner a los ministros de Economía a trabajar, hay que sentar a debatir a los expertos, hay que hacer documentos y papeles y, después, pensar que esto llevará tiempo".
"Quien espere resultados espectaculares, más allá de fotos atractivas para según algunos, se equivoca", apostilló.
En cuanto a si España podrá acudir a la próximo reunión del G-20 por derecho propio, Piqué manifestó que "es algo que me gustaría".
También habló Piqué de la crisis, sobre la que dijo que "se han perdido una serie de años para hacer lo que ahora más que nunca España necesita, que son reformas estructurales de los mercados, particularmente del de trabajo, en temas de innovación tecnológica, infraestructuras, educación, formación profesional, administraciones públicas, y tantas cosas que tenían que haberse acometido cuando la situación era dulce".
Y es que, a su entender, "lo importante es hacer un diagnóstico correcto de la situación, no seguir escondiendo la cabeza debajo del ala, no decir nunca más que estamos en la 'Champion League' de no se sabe qué, y reconocer que estamos en un lugar muy complicado en el entorno económico mundial y afrontar las cosas de verdad".
Piqué coincidió con los expertos que auguran que esta crisis podría comenzar a remontar a finales de 2009 o principios de 2010, "pero internacionalmente, no es España, porque nos va a costar más". Pese a ello, quiso transmitir un mensaje de "relativo optimismo" porque "al final, saldremos de la crisis".
"Será más tarde y de forma más complicada que los demás, pero sin caer en el mismo error que con la bonanza, de pensar que va a durar siempre", añadió.
Finalmente, explicó que "los cambios estratégicos ante los que estamos son muy profundos, las nuevas potencias emergentes van a jugar un papel cada día más relevante, países que parece que casi habían desaparecido en la estrategia internacional han recuperado su papel de forma espectacular, y Rusia sería el ejemplo paradigmático, por lo que la política exterior nuestra debe asumir la situación, ver qué hacemos con el vínculo transatlántico, ver qué hacemos en el seno de la UE y cuál debe ser nuestra posición en este nuevo equilibrio mundial".
Piqué explicó que "no se puede reformar el sistema institucional multilateral económico que salió de Bretton Woods con una única reunión de fin de semana".
En este sentido, indicó que "hay que trabajar antes, poner a los ministros de Economía a trabajar, hay que sentar a debatir a los expertos, hay que hacer documentos y papeles y, después, pensar que esto llevará tiempo".
"Quien espere resultados espectaculares, más allá de fotos atractivas para según algunos, se equivoca", apostilló.
En cuanto a si España podrá acudir a la próximo reunión del G-20 por derecho propio, Piqué manifestó que "es algo que me gustaría".
También habló Piqué de la crisis, sobre la que dijo que "se han perdido una serie de años para hacer lo que ahora más que nunca España necesita, que son reformas estructurales de los mercados, particularmente del de trabajo, en temas de innovación tecnológica, infraestructuras, educación, formación profesional, administraciones públicas, y tantas cosas que tenían que haberse acometido cuando la situación era dulce".
Y es que, a su entender, "lo importante es hacer un diagnóstico correcto de la situación, no seguir escondiendo la cabeza debajo del ala, no decir nunca más que estamos en la 'Champion League' de no se sabe qué, y reconocer que estamos en un lugar muy complicado en el entorno económico mundial y afrontar las cosas de verdad".
Piqué coincidió con los expertos que auguran que esta crisis podría comenzar a remontar a finales de 2009 o principios de 2010, "pero internacionalmente, no es España, porque nos va a costar más". Pese a ello, quiso transmitir un mensaje de "relativo optimismo" porque "al final, saldremos de la crisis".
"Será más tarde y de forma más complicada que los demás, pero sin caer en el mismo error que con la bonanza, de pensar que va a durar siempre", añadió.
Finalmente, explicó que "los cambios estratégicos ante los que estamos son muy profundos, las nuevas potencias emergentes van a jugar un papel cada día más relevante, países que parece que casi habían desaparecido en la estrategia internacional han recuperado su papel de forma espectacular, y Rusia sería el ejemplo paradigmático, por lo que la política exterior nuestra debe asumir la situación, ver qué hacemos con el vínculo transatlántico, ver qué hacemos en el seno de la UE y cuál debe ser nuestra posición en este nuevo equilibrio mundial".
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