De momento se desconoce si la persona rescatada de las aguas está con vida o ha fallecido, según las mismas fuentes que indicaron que tras el accidente se ha puesto en marcha una célula de crisis denominada 'plan rojo' por parte de la Prefectura para coordinar todos los medios aéreos, terrestres y marítimos desplegados para llevar a cabo las labores de salvamento.
El aparato siniestrado efectuaba un "vuelo técnico" de entrenamiento cuando, según testigos presenciales, comenzó a girar y a caer en picado directo al mar.
Según el director del gabinete del Prefecto de Rousillon, se trata de un avión de tamaño relativamente grande pero de entrenamiento, motivo por el cual no llevaba a bordo muchos pasajeros.
Varios testigos presenciales han indicado que el aparato llegaba procedente de la periferia de Perpiñán.
Fuentes de la Prefectura indicaron igualmente que se trata de un Airbus de Nueva Zelanda.
Por ahora no se conoce la identidad ni la nacionalidad de los ocupantes del avión. Aunque en un principio se habló de cinco ocupantes, han resultado ser siete las personas que viajaban a bordo del aparato cuando se produjo el siniestro.
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