Un sondeo de la empresa Populus para 'The Times' muestra la amplia caída de la percepción de Brown como, "ahora mismo, el mejor líder para hacer frente a una economía en recesión", puesto que si hace una semana tenía esa consideración entre más de la mitad de los consultados, concretamente el 52%, actualmente el saldo es diez puntos inferior.
El único consuelo para el mandatario es que sigue estando por delante del conservador David Cameron, quien no obstante ha subido cuatro puntos porcentuales y es ya visto como el adecuado por el 36%. Además, el dirigente 'tory' se mantiene como el preferido para las próximas generales, con un 41%, frente al 33% de Brown, quien en este mismo noviembre había llegado a ver la distancia recortada hasta los cuatro puntos, frente a los 20 que le llegó a sacar su rival político hace únicamente dos meses.
Sin embargo, la reacción ante la crisis y el liderazgo internacional habían permitido la recuperación de un primer ministro al que, en su momento, se llegó a buscar abiertamente sucesor. Por ello, hace tan sólo una semana algunos medios especulaban con la posibilidad de que Brown convocase elecciones anticipadas en junio, en lugar de agotar el mandato en mayo de 2010, para aprovechar el tirón de su manejo del contexto económico.
No obstante, el sondeo publicado hoy revela que el paquete de medidas incluido en el minipresupuesto de otoño que el pasado lunes presentó el ministro del Tesoro, Alistair Darling, no genera "grandes diferencias" de mejora para la opinión pública, entre la que casi una quinta parte cree que, incluso, empeorará la situación a corto plazo, y en torno a uno de cada cuatro considera que será así en los próximos años.
Además, la encuesta, que se realizó entre el martes y el miércoles, refleja que los ciudadanos no comprenden todavía por qué la economía se ha deteriorado de una forma tan acelerada y mantienen la incerteza acerca de si los planes del Gobierno funcionarán.
Así, un 54% dice que, a partir de medidas como la reducción del 2,5 puntos del IVA, hasta el 15%, ahorrararían el dinero, mientras que un 28% dice que lo emplearía para zanjar las facturas pendientes, en su mayoría, integrantes de la clase trabajadora. En contraposición, sólo un 18% reconoce que lo gastaría en "cosas que probablemente de otra manera no se hubieran comprado".
Una consideración que muestra la profunda división entre sus propios votantes, entre un 45% y un 46%.
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