En concreto, Zapatero dijo que "hay que reformar el orden financiero internacional a fondo y las políticas económicas que han prevalecido hasta el momento". "No valen paños calientes", sentenció durante su discurso en el XI Congreso de los socialistas canarios.
Además, Zapatero mostró su buena disposición a colaborar con el nuevo presidente de EEUU, Barack Obama. "Europa y España van a trabajar codo con codo para ese cambio del que ha hablado en su programa electoral", dijo.
El presidente del Gobierno explicó que "si algo ha demostrado" la actual crisis y lo que se ha "vivido, es que hoy como nunca en la Historia, el mundo está interrelacionado, es global y lo que pasa en cada rincón puede afectar y pasar al conjunto de todo el mundo".
"Que nadie se equivoque y nadie engañe. Tenemos que dar una respuesta concertada fuerte, determinada y conjunta desde la UE y desde la comunidad internacional. Y hay que dar una respuesta valiente, no valen paños calientes", razonó el también secretario general y líder de los socialistas.
En todo caso, Zapatero dijo que "hay que reformar" pero que "a la vez hay que recuperar el compromiso con los objetivos del milenio, contra el cambio climático y, a la vez, favorecer acuerdos comerciales para que los países más pobres puedan progresar".
España pondrá su sistema financiero de ejemplo
España se presentará en la cumbre de Washington como un país con un sistema financiero solvente incluso en tiempos de crisis y defenderá que la revisión del modelo internacional cuente con medidas preventivas como las provisiones de las que están obligadas a dotarse los bancos españoles.
España también defenderá, en línea con las argumentaciones de la UE, que el Fondo Monetario Internacional tenga un papel relevante en el control y la supervisión de las nuevas reglas que se propongan o decidan.
Una de las razones que esgrimió España para estar en Washington es la fortaleza de su sistema financiero y su modelo de supervisión y control, que ha alejado a las entidades bancarias del país de buena parte de las operaciones de riesgo que han agravado la crisis.
Este sistema también ha obligado a los bancos a dedicar parte de sus ganancias a provisiones preventivas para afrontar impagos, aumentos de la morosidad e incluso menos captaciones de capital, problemas todos ellos propios de un momento de crisis como el actual.
España propone que el sistema financiero mundial refuerce este marco prudencial y lo haga con criterios anticíclicos, de forma que los bancos no se dejen llevar por la bonanza y guarden algo de lo ganado en previsión de momentos peores.
La idea de las provisiones figura como uno de los cinco ejes sobre los que, según el Gobierno español, se tiene que revisar el sistema para conseguirse unos “estándares financieros globales”.
El primer eje sería el del reforzamiento de la transparencia, ampliando la calidad y la facilidad de comprensión sobre los distintos instrumentos financieros, incluidos los ‘hedge funds’ (fondos de inversión libre).
Otra área es la de la resistencia: reforzarla para que los mercados puedan seguir funcionando en situaciones de "estrés", y mejorar la transparencia de operaciones poco o nada reguladas.
Por otro lado, el Gobierno quiere que se estudie cómo incorporar el denominado ‘apalancamiento’ –la capacidad de endeudaiento– de los agentes no financieros dentro de la regulación y supervisión.
El quinto eje de medidas a estudiar es el que reclama un “cambio de cultura” en el gobierno de las empresas financieras, para que opten por las operaciones a medio y largo plazo y dejen a un lado la especulación de los movimientos a corto plazo y evitar, según Solbes, los problemas que éstos han generado en los últimos años.
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