Al menos 116 personas han muerto en las inundaciones en el sur de Brasil que dejaron a decenas de miles de personas sin hogar. Ha seguido lloviendo, lo cual ha obstaculizado los esfuerzos por hallar los cadáveres de más víctimas y para llevar suministros de emergencia a los que se quedaron sin casa.
Las inundaciones también obligaron a cerrar puertos vitales del área. En uno de ellos, la pérdida de ingresos es de 35 millones de dólares diarios.
La reapertura de los puertos en y cerca del municipio de Itajaí en la región de Santa Catarina es una alta prioridad gubernamental, dijo Pedro Brito, ministro de puertos, en una gira por la región.
Dijo que el gobierno ya ha asignado 152 millones de dólares para iniciar de inmediato las reparaciones al puerto de Itajaí, el mayor en la zona y crucial para la enorme industria brasileña de exportación de carne.
Las inundaciones dañaron gravemente los otros puertos del área y se llevaron hacia el mar los bienes que estaban en los muelles.
Las autoridades dicen que hasta ahora se han perdido más de 400 millones de dólares en ingresos debido a los daños sufridos por el puerto de Itajaí. Esas pérdidas crecen en 35 millones de dólares cada día que pasa, señaló Brito. Los barcos se han visto obligados a dirigirse a puertos a cientos de kilómetros de distancia en estados vecinos.
Los meteorólogos dicen que dejará de llover para mediados de semana.
Los rescatistas aún intentan encontrar a unos 31 desaparecidos. Algunos funcionarios calculan que la cifra de muertos podría incrementarse hasta a 150.
Aproximadamente 80.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares debido a tormentas que arrojaron más agua sobre la región durante el fin de semana del 22 y 23 de noviembre que la que suele recibir en meses. Otras 8.000 personas tuvieron que dejar sus casas en el vecino estado de Río de Janeiro.
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