"Permitir que se caigan las compañías automotrices no es un curso de acción responsable", dijo el presidente George W. Bush en un mensaje a la nación.
Añadió que la quiebra difícilmente resultaría eficaz para la industria automotriz en estas circunstancias y, por el contrario, propinaría "un golpe inaceptablemente doloroso a los esforzados estadounidenses" de todos los sectores de la economía.
Un alto funcionario del gobierno, que habló bajo la condición de anonimato, dijo que 13.400 millones provendrán de los 700.000 millones del programa de salvataje de Wall Street, y los 4.000 millones restantes se agregarán después.
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