De acuerdo con Zhang Xiaoqiang, viceministro de la agencia encargada de establecer la política macroeconómica china, "el 1 de enero será un buen momento para introducir la tasa sobre el combustible".
La caída del precio del crudo, que se ha desplomado cerca de un 70% desde mediados de julio, podría ser una oportunidad única para el Gobierno chino para poner en marcha su reforma del impuesto sobre el combustible.
Según Zhang, Pekín sigue defendiendo una transformación profunda en el consumo de recursos, incluidos los energéticos, que hace el país. El principio es atender a la escasez de recursos, la oferta y la demanda y los costes medioambientales.
"El precio de los derivados del petróleo chinos representan una brecha importante con respecto a este principio, así que el Gobierno ha decidido acelerar las reformas", afirmó el responsable.
Pekín podría, según Zhang, abrir el debate a la opinión pública la próxima semana.
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