sábado, 13 de diciembre de 2008

Confuso triple juego hispano-ruso-argentino / Paul Isbell


Es difícil interpretar con claridad todo lo que está pasando ahora en este terreno, pero es seguro que todos están jugando con mucho más dinero en la mesa. Pero no todo es negro: digan lo que digan respecto a la compra de Repsol por parte de Lukoil, no va a minar la seguridad energética española.

La entrada de Lukoil tanto en España como en Argentina sólo debería verse como un desarrollo positivo. El futuro del mundo pasa por la integración y la dependencia mutua, pese a lo que pueda parecer. Aunque las lenguas doradas van a empujar a la muerte un argumento puramente nacionalista - da igual desde donde salgan - no nos deberíamos dejar caer en esta trampa.

Un interesante triple juego se está desarrollando estos días entre España, Rusia y Argentina. Por un lado, la petrolera privada rusa, Lukoil sigue en su empeño de comprar el 20% que tiene la constructora española, Sacyr, en la empresa energética hispano-argentina, Repsol YPF (y puede ir a por otro 9.9% ahora en manos de otros accionistas). Todo depende de la financiación de la transacción, pero parece que el gobierno ruso está dispuesto a ayudar.

Por otro lado, Lukoil acaba de firmar una carta de entendimiento (Memoradum of Understanding o MOU) con la empresa energética estatal argentina, Enarsa, y otra empresa argentina, Pobater, para suministrar productos petrolíferos a Argentina (pero muchos especulan que este acuerdo podría incluir la exploración por parte de Lukoil en las aguas profundas argentinas).

El presidente español, José Luís Rodríguez Zapatero, por su parte, ha hecho una visita oficial a Rusia últimamente, mientras que su homólogo, el presidente ruso, Dmitry Medvedev, visitará a España a principios de 2009 para seguir hablando sobre los mecanismos para mejorar la relación bilateral. Para colmo, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, acaba de visitar a Moscú, donde firmó un nuevo acuerdo estratégico entre Argentina y Rusia.

¿Qué está pasando? Es difícil saber con claridad, pero hay un par de cosas que están más que claras. Las economías de los tres países van mal: España está sufriendo un colapso de su mercado de vivienda y se prevé una contracción de su PIB de 1,7% en 2009, casi el doble de la del año 1993, cuando ocurrió la última recesión en España.

El horizonte es más negro de lo que se puede imaginar. Rusa está experimentando una presión económica enorme por el desplome del precio del petróleo desde 145 dólares por barril hasta casi 40, mientras que la escasez de crédito en la economía internacional está poniendo en apuros sus sectores de construcción y vivienda, amenazando la estabilidad tan escrupulosamente lograda por el duo Medvedev-Putin.

Argentina, por su parte, sigue el mismo camino heterodoxo desde hace varios años ya, sin una salida a la normalidad en la vista. Y el posible default siempre está allí. Además, las empresas más involucradas en estas maniobras - Sacyr y Lukoil - están muy endeudadas, y están casi desesperadas para encontrar soluciones a corto plazo para salir de sus agujeros negros. En un contexto de una contracción económica global que no hemos visto en 75 años, parece que algunos intereses de los tres países se están poniendo de acuerdo para salirse de la crisis.

Otra cosa que está clara: estos tres países ya han sufrido últimamente un deterioro en sus relaciones con EEUU. En este sentido, lo más confuso de todo esto es lo siguiente: ¿Están ahora intentando reunir fuerzas estos tres países para enfrentar a EEUU? o ¿para presionar conjuntamente para mejorar y renovar sus relaciones bilaterales con el poder americano? ¿O es simplemente el azar confuso que se produce cuando las empresas juegan libremente por su parte? O es una apuesta incompetente por parte de España y Argentina de jugar con los rusos al precio de minar su nueva oportunidad de establecer una buena relación con la nueva administración de Obama?

Es difícil interpretar con claridad todo lo que está pasando ahora en este terreno, pero es seguro que todos están jugando ahora con mucho más dinero en la mesa. Pero no todo es negro: digan lo que digan respecto a la compra de Repsol por parte de Lukoil, no va a minar la seguridad energética española. La entrada de Lukoil tanto en España como en Argentina sólo debería verse como un desarrollo positivo.

El futuro del mundo pasa por la integración y la dependencia mutua, pese a lo que pueda parecer. Aunque las lenguas doradas van a empujar a la muerte un argumento puramente nacionalista - da igual desde donde salgan - no nos deberíamos dejar caer en esta trampa.

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