En un acto en la residencia de Olivos, en las afueras de Buenos Aires, la mandataria también anunció que la rebaja en las retenciones (gravámenes) a la venta al exterior de trigo y maíz que había dispuesto a principios de este mes se aplicará en forma diferenciada a productores grandes y pequeños.
Fernández no hizo mención alguna a los impuestos a la exportación de soja, principal cultivo del país, eje de un conflicto con el campo que se extendió por cuatro meses e incluyó huelgas y cortes de ruta.
Las medidas no fueron bien recibidas por las entidades agropecuarias, que recordaron que la rebaja en las retenciones al trigo y maíz ya había sido anunciada el 4 de diciembre.
"Son títulos para los diarios, no hay nada nuevo", dijo el titular de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, al canal de noticias TN.
"Fue más una puesta en escena que un anuncio", coincidió Ulises Forte, vicepresidente de la Federación Agraria Argentina, en declaraciones al mismo canal.
La presidenta detalló que a partir del martes se aplicará una rebaja diferenciada en las retenciones al trigo y maíz por cada tonelada producida que supere un piso de 13 millones de toneladas y 15 millones de toneladas, respectivamente.
Los productores de más de 5.000 toneladas recibirán una reducción de un punto porcentual en las retenciones por cada tonelada extra de esos cultivos, mientras que los que produzcan entre 1.000 y 5.000 toneladas tendrán una rebaja de 2 puntos y a los pequeños, de entre 1 y 1.000 toneladas, se le descontarán 5 puntos.
"Estamos haciendo estos anuncios seis meses antes de sembrar maíz y nueve antes de sembrar trigo, aunque estas (reducciones) van a ser aplicables para la presente cosecha", destacó la jefa de Estado.
Los beneficios tributarios no alcanzaron a la soja, pese a insistentes versiones de la prensa local que auguraban un recorte en las retenciones a esa oleaginosa.
La presidenta justificó que las rebajas estuvieran destinadas al trigo y al maíz por tratarse de "dos cultivos tradicionales que tienen impacto directo en la mesa de los argentinos" y advirtió que es necesario "configurar un proyecto agropecuario sustentable en materia de mantenimiento del suelo.
El único cultivo que creció fue la soja. La superficie cultivada de maíz cayó un 10% y la de trigo casi un 20%. Es imprescindible incentivar estos dos cultivos".
Argentina es el tercer productor mundial de soja y trigo.
En marzo, Fernández dispuso un aumento en las retenciones a la soja ligado al precio de esa oleaginosa en el mercado internacional que desató un prolongado conflicto.
El nuevo esquema tributario no prosperó en el Congreso y las retenciones se mantuvieron en el valor anterior --de 35%--, pero en el actual contexto internacional de fuertes caídas en los precios de las materias primas, los ruralistas reclaman mayores bajas en los gravámenes.
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