lunes, 22 de diciembre de 2008

El rally Dakar calienta motores para recorrer Argentina y Chile

BUENOS AIRES.- Las llanuras pampeanas, las estepas patagónicas, la Cordillera de los Andes y el desierto de Atacama ya se preparan para sentir el rugir de la más importante carrera "off road" de la historia, el rally Dakar que por primera vez recorrerá los caminos de Argentina y Chile.

La mayor parte de los 188 autos, 230 motos, 82 camiones y 30 cuadriciclos que competirán, junto con los vehículos de apoyo, arribaron a la Argentina, luego de atravesar el Atlántico, y comenzó la cuenta regresiva para la largada el próximo 3 de enero desde Buenos Aires.

El rally revolucionará la capital argentina durante varios días. Se estima que la Villa Dakar que se instalará en el barrio de Palermo recibirá a cientos de miles de personas para ver de cerca las máquinas que desafiarán dunas, rocas y alturas.

En la Argentina se lo considera el evento deportivo más importante desde el Mundial de fútbol de 1978, además de una enorme difusión turística de la región en el mundo entero. "El gran capital que va a dejar el Dakar es la promoción", aseguró a dpa el coordinador general del rally de la Secretaría de Turismo argentina, Leonardo Botto.

Los organizadores previeron una largada simbólica el 2 de enero que permitirá que durante seis horas los vehículos del Dakar recorran las calles de Buenos Aires para desatar la fiebre por el rally más extremo del mundo.

Es que la partida será a las 4.30 horas de la madrugada del 3 de enero, para evitar el intenso tránsito en una metrópolis de doce millones de habitantes.

Pero ya antes de que baje la bandera a cuadros comenzaron las polémicas por el posible impacto que podría tener el rally en el medio ambiente y en la riqueza arqueológica de esta región del Cono Sur, una zona vasta en la que aún se siguen hallando trazas de la prehistoria y vestigios de culturas antiguas.

La empresa francesa Amaury Sport Organization (ASO), a cargo del Dakar, se topó además con numerosas dificultades en la gestión de los permisos y la organización de la carrera en ambos países sudamericanos.

Acostumbrados a cierta relajación en los controles durante los 29 años que se corrió el rally en África, los empresarios se encontraron con las regulaciones y normas de Argentina y Chile cuyo cumplimiento les costó, además de numerosos trámites, bastante más dinero del que estimaban gastar, admitieron fuentes oficiales.

En Chile, todo está a punto, luego que los organizadores aprobaran todas las exigencias que le impusieron 34 servicios estatales distintos, situación que provocó varios tropiezos.

El director de la prueba, Etienne Lavigne, reconoció que la burocracia en Sudamérica es mayor que en África, lo que "genera un trabajo extra muy importante", que podría alejar el Dakar de la región.

Más optimista, el responsable del evento en la Subsecretaría de Deportes de Chile, Carlos Marchant, comentó a dpa que ya no hay detalles pendientes. "En general, está todo listo", dijo.

"La burocracia que hay es la que existe en países con instituciones que funcionan", agregó. No obstante, admitió diferencias con las facilidades que ofrece África. "Por ejemplo, acá no podrán pasar frutas libremente por la frontera (debido a los controles fitosanitarios)", explicó.

Ya sólo el tema del ingreso de los neumáticos representó un capítulo aparte porque en el Mercosur está prohibida su importación. Por ello, los competidores no podrán perderlos porque cuando termine el rally deberán salir de Argentina con la misma cantidad de neumáticos con que llegaron, aunque estén rotos y destrozados.

Pero ya sólo es cosa de días para que la prueba "off road" más importante del planeta ruede por Argentina y Chile, donde miles de policías y gendarmes salvaguardarán la seguridad del evento, intentando evitar cualquier accidente o hecho anormal, como manifestaciones de ambientalistas u otros grupos de protesta.

La ruta, conocida en términos generales, comenzará en Buenos Aires y recorrerá las llanuras pampeanas hasta llegar a Puerto Madryn, en la costa del Atlántico, desde donde atravesarán las estepas patagónicas hacia el oeste para llegar hasta la precordillera andina y comenzar a subir hacia al norte para pasar por los viñedos de Mendoza y cruzar a Chile a través del paso de Cristo Redentor, a 3.209 metros de altura.

La etapa chilena iniciará con el cruce de la Cordillera de los Andes, para continuar con el descenso al caótico puerto de Valparaíso, declarado Patrimonio de la Humanidad por UNESCO.

Desde allí, donde los competidores tendrán un día de descanso frente a las frías aguas del Océano Pacífico, los pilotos deberán serpentear las costas chilenas, pasando por la ciudad de Coquimbo, conocida por ser madriguera de piratas y tesoros jamás hallados.

Luego, los protagonistas serán el desierto de Atacama y el cruce cordillerano, para el regreso a Buenos Aires estimado el 17 de enero.

Pero otro dato es importante, y es que ya promediada la prueba estará más claro si el Dakar funcionó en Sudamérica o si definitivamente un probable fracaso lo alejará de la región.

No obstante, el primer obstáculo para regresar al continente negro no es la actuación de los sudamericanos, sino la situación política en Mauritania, donde un golpe de Estado en agosto y un atentado en septiembre confirmaron la inestabilidad en el país, clave en la ruta africana.

De hecho, fueron las amenazas terroristas en Mauritania por parte de la rama magrebí de Al Qaida, las que obligaron a suspender la prueba este año 24 horas antes de la largada en Lisboa.

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