Un brusco debilitamiento del yuan frente al dólar esta semana relanzó los rumores sobre un eventual cambio de política de las autoridades chinas, justo antes de la apertura, el jueves en Pekín, del Diálogo Económico Estratégico (DES) chino-estadounidense, consagrado a los diferendos bilaterales, entre ellos, el valor de la moneda china.
El lunes y el martes, el banco central fijó la cotización base de la moneda a la baja, primero en 6,8605 y luego en 6,8527 por un dólar, al tiempo que el yuan se devaluaba en los intercambios al máximo diario autorizado.
Este miércoles, la cotización básica aumentó a 6,8502, suscitando "pequeñas dudas" sobre la realidad de la depreciación del yuan, según Patrick Bennett, de Societé Generale Corporate and Investment Banking.
Para el analista, la devaluación del yuan ciertamente "se produjo en un momento interesante, antes del Diálogo Económico Estratégico, y cuando un portavoz estadounidense declaraba que la reforma de las tasas de cambio era más importante que nunca".
"Pero también creemos que el mercado fue demasiado rápido" al interpretar la caída de la divisa como "un cambio de política del banco central", dijo Bennett.
Para los expertos, China quiso, con esta maniobra, advertir a Estados Unidos de que no le presionara demasiado con acelerar la apreciación del yuan, en momentos en que la crisis financiera exige estabilidad.
Ambos socios consagrarán a la crisis mundial gran parte de sus reuniones el jueves y el viernes en Pekín, durante el DES, un mecanismo lanzado en 2006 para resolver las divergencias, entre ellas la sobre-evaluación del yuan.
Los países occidentales, liderados por Estados Unidos, critican ese fenómeno porque da una ventaja competidora a las exportaciones chinas.
"Presionar por una apreciación hoy sería un gesto de perdedor-perdedor, para China y para Estados Unidos", subrayó el universitario chino Zhou Shijian, citado el miércoles por el China Daily.
Algunos incluso abogan por una devaluación: "China debe devaluar urgentemente porque las exportaciones sufren y el sector manufacturero está en una mala posición", estimó Ma Qing, de CEB Monitor.
Siguiendo la tendencia del dólar, que se reforzó significativamente en estos últimos meses frente a otras grandes divisas, el yuan se apreció de facto, en particular, frente al euro.
Desde el 1 de agosto, "el yuan se apreció alrededor de un 10% ante la canasta de divisas", que se tienen en cuenta para el cálculo de su tasa de cambio, aunque "apenas se movió frente al dólar", subrayó Tao Wang, economista de UBS.
En los últimos cuatro meses, "la apreciación de la tasa de cambio efectiva ha sido tan importante como en los últimos cuatro años, cuando el yuan se apreciaba continuamente frente a un dólar que se debilitaba", dijo Tao.
Frente al billete verde, el yuan se apreció alrededor de un 20% desde su reevaluación en julio de 2005.
Pero también hay quienes no consideran oportuna una devaluación, destacando que la ralentización de las exportaciones no está vinculada a una falta de competitividad, sino a una caída de la demanda de las economías occidentales en crisis.
Estos economistas advierten contra "el riesgo de provocar grandes salidas de capitales", en caso de una devaluación o de contagiar a las otras monedas regionales, un factor de desestabilización.
Por otro lado, "las autoridades chinas no quieren quizás levantar la hostilidad de los dirigentes estadounidenses", en un momento en que "los demócratas -que tienen tendencia a mostrarse más duros sobre estas cuestiones respecto a China- van a controlar la Casa Blanca y el Congreso", dijo recientemente Qing Wang, de Morgan Stanley.
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