miércoles, 17 de diciembre de 2008

La automoción gallega emprende una progresiva deslocalización a Marruecos

LA CORUÑA.- Los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) que han encendido la luz de alarma en el sector de la automoción gallega son la antesala de un escenario peor: los puestos de trabajo no se recuperarán. Una decena de empresas especializadas en la fabrización de piezas y componentes abandonarán la comunidad autónoma para instalarse en Marruecos, el país que será uno de los epicentros de la industria automovilística en el siglo XXI.

El norte de África se está convirtiendo en un oasis para las multinacionales que dominan la automoción. Renault-Nissan abrirá a corto plazo una fábrica en Marruecos, Citroën ya tiene allí una planta de montaje y existe un proyecto encima de la mesa que puede servir de punto de inflexión: L’ Automobile City, en la Zona Franca de Tánger, diseñada por el arquitecto francés Jean Nouvel y que se convertirá en un gigante logístico y de fabricación.

Las auxiliares gallegas han sido las primeras en mover ficha: Prevent cerrará su planta de Mos para llevar la producción a Marruecos y a Bosnia, lo que supondrá el despido de 150 trabajadores. Valeo trasladará la mayor parte de su actividad al norte de África, Túnez y Portugal. Treves sólo eliminará el ERE de 2009 si la Xunta prorroga las ayudas al sector a largo plazo, una posibilidad difícilmente viable.

Imposición de los clientes

Una de las razones de peso que llevaron a Draka a cerrar su fábrica gallega fue, según la dirección, la exigencia de abaratar costes impuesta por los clientes. Esto explica que la producción de la nave de Mos pase a hacerse a partir del año que viene en sus centros de negocio en Marruecos, México y Polonia.

Viza llegó a contar con 500 trabajadores en su planta gallega, ubicada en O Porriño. No suministra directamente a PSA Peugeot Citroën, sino que abastece de estructuras de asientos a Faurecia, pero lo está pasando mal. Antolín, que presentó un expediente de 27 días para 112 trabajadores, también está presente en Marruecos.

No es un proceso nuevo, aunque se ha acentuado en los últimos meses por la crisis. Faurecia y Valeo ya suprimieron 500 empleos en Vigo y Ourense hace cinco años para ahorrar. La caída de las ventas desvía a las multinacionales de componentes a países con mano de obra barata.

El pasado 1 de septiembre fue un día importante. Es la fecha en la que se anunció la firma de un protocolo entre Marruecos y la alianza Renault-Nissan para la implantación de un nuevo complejo industrial en Tánger.

Será uno de los centros de producción de automóviles más importantes del litoral mediterráneo, con capacidad para 400.000 vehículos, 200.000 a partir de 2010, según las previsiones. La inversión será de 600 millones de euros, con una primera fase de 350, a la que se añadiría otra más de entre 200 y 400 millones de euros, dependiendo de la variedad de los vehículos que allí se produzcan. Creará 6.000 empleos directos y 30.000 indirectos.

El boom de los planes de la automoción marroquí está provocando un efecto rebote inmediato. El pasado mes de julio, el ministro de Industria, Ahmed Reda Chami, se entrevistó en Vigo con representantes gallegos del sector.

Además, catorce firmas de automoción y logística con instalaciones en Galicia (Gestamp, Copo, Peguform, Plasto y Utilgal, entre otras) visitaron la Zona Franca de Tánger, situada junto al nuevo puerto Tánger-Med, el más grande del Mediterráneo. Querían conocer en persona las posibilidades de expansión.

Las propuestas de Marruecos son difíciles de rechazar. La Zona Franca de Tánger cuenta con importantes ventajas fiscales y con la ayuda del Fondo Hassan II para las Inversiones, además de beneficiarse del esfuerzo que se está llevando a cabo para dotar de las infraestructuras adecuadas a esta zona del Estrecho.

Desde el 1 de enero de 2006, Marruecos tiene un acuerdo de libre comercio con el Gobierno de Estados Unidos, lo que supone ventajas arancelarias para sus productos.

Por otra parte, la mano de obra es mucho más barata que en Europa. Un folleto de la zona franca de Tánger detalla que un obrero no especializado en su país cobra 0,87 euros la hora, uno experimentado 1,1 euros y un puesto ejecutivo mil euros al mes. Unas cifras muy alejadas a la realidad de los países occidentales.

En Casablanca, donde está la planta de montaje de Citroën, se acaba de inaugurar el primer puerto seco aduanero de Marruecos, que ha supuesto una inversión cercana a los 8,7 millones de euros.

Es muy alto el interés de las autoridades por ofrecer el mercado empresarial de Marruecos como un contexto en el que invertir. Países como España deben acelerar los planes de ayuda a las multinacionales si quieren frenar el éxodo.

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