miércoles, 31 de diciembre de 2008

La banca española salda el año más negro de su historia con una caída de entre el 34% y el 54%

MADRID.- La banca española saldó 2008 como su peor año bursátil de la historia, arrastrada por la crisis de confianza provocada por las hipotecas 'subprime', que se ha extendido por todo el planeta hasta quebrar los cimientos de la arquitectura financiera mundial.

El hundimiento de Lehman Brothers, el fin de la banca de inversión y la estafa de Bernard Madoff, la mayor conocida hasta el momento, han marcado el fin de años de excesos de remuneración a directivos y de toma de riesgos, alimentados por innovación y opacidad financiera, que obligan a rediseñar el sistema, lo que para algunos supondrá un segundo 'Bretton Woods'.

Los bancos españoles tendrán que lidiar en 2009 con este oscuro panorama de incertidumbre en el que persisten las restricciones de liquidez en el mercado internacional, junto al aumento de la morosidad y la desigual competencia de las entidades extranjeras, que han recibido inyecciones de dinero estatal para su recapitalización.

No obstante, cuentan con la flexibilización de la política monetaria de los institutos emisores -conscientes de la necesidad de reactivar la economía a pesar de que no se podrá sortear la recesión-, con las inyecciones de liquidez, y con las medidas adoptadas a escala nacional por los gobiernos para evitar la bancarrota de sus bancos, cada vez más coordinadas a escala europea.

En España, las ayudas articuladas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero permitirán a bancos y cajas de ahorros acceder a liquidez por importe de hasta 50.000 millones de euros a cambio de activos financieros de alta calidad, así como contar con el respaldo de avales de hasta 100.000 millones para realizar emisiones.

Los dos mayores bancos españoles cerraron el año con un retroceso del (54,36%) en el caso del Santander y del (48,33%) en el del BBVA, que los expertos atribuyen a la aversión indiscriminada de los inversores a la banca en estos momentos de incertidumbre.

Sin embargo, la entidad que preside Francisco González logró cerrar el año como la segunda entidad europea en Bolsa, sólo superada por HSBC, que se dejó un 23%, dato que cobra especial relevancia si se tiene en cuenta, además, que el Stoxx Banca, índice que integra más de 50 bancos cotizados en Europa, ha perdido de media un 65%.

Asimismo, BBVA cerró el año con una capitalización de 31.820 millones de euros, que lo sitúa en el séptimo lugar del ránking mundial de bancos privados, por delante de BNP Paribas, Goldman Sachs o Citigroup.

Pero este panorama estuvo empañado en parte por la aparición del 'fraude Madoff' que hizo tambalear de nuevo la confianza de los inversores en el sector financiero. Los dos grandes de la banca española informaron de una exposición al timo piramidal de Madoff de 2.300 millones de euros para clientes en el caso del grupo cántabro, gestionados a través del fondo de inversión alternativa 'Optimal', mientras que BBVA cifró la pérdida neta potencial a 300 millones.

Además, el banco que preside Emilio Botín salda el ejercicio con varias ampliaciones de capital, la última de 7.200 millones de euros para ajustarse a las exigencias del mercado; con nuevas entidades en su haber (la estadounidense Sovereign y la británica Alliance & Leicester, más activos de Bradford & Bingley), y sin renunciar a su objetivo de ganar 10.000 millones de euros en 2008.

El BBVA también ha completado de forma exitosa la colocación de participaciones preferentes por un importe total de 1.000 millones de euros para reforzar su ratio de capital, y le ha dado un fuerte espaldarazo a sus planes de expansión por Asia, con el aumento de su participación en los bancos chinos CNCB y CIFH.

El Popular, que ha completado la integración de sus filiales, se coloca en el tercer puesto del ranking de mayores retrocesos (48,03%) en un año en que sufrió grandes vaivenes en bolsa por culpa de los inversores fantasmas de Blueprime, cuyos interés de hacerse con el 20% del capital no pasó de ser humo.

Por su parte, Bankinter despidió el año con una caída del 49,72%, seguida de Banesto (-39,39%) y Banco Sabadell (-34,55%).

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