Una serie de indicadores económicos decepcionantes contribuyó al pesimismo de los inversores, preocupados por el panorama global.
El Indice Nikkei cerró con baja de 533,53 puntos, un 6,35 por ciento, a un mínimo de 7.863,69 tras abrir a un máximo de 8.266,32.
El yen se había visto presionado por los inversores domésticos que reducían sus apuestas especulativas contra el dólar, según algunos operadores.
"Los inversores cubrieron las posiciones cortas acumuladas desde la semana pasada, pero continúa la aversión al riesgo y existe la posibilidad de que el yen reanude su rally si las acciones estadounidenses siguen cayendo", expresó Kwanga-ja Kim.
La cautela creció después de una información en el Wall Street Journal en el sentido de que Goldman Sachs podría anunciar unas pérdidas netas trimestrales de hasta 2.000 millones de dólares.
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