miércoles, 10 de diciembre de 2008

La ONU busca estimular producción de alimentos

ROMA.- El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU invertirá este año 1.000 millones de dólares en adquirir alimentos producidos por personas hambrientas, 230 millones de dólares más que en el 2007.

Ahora la Organización de las Naciones Unidas intenta ir más allá y no limitarse a entregar sacos de granos de países occidentales para alimentar a los niños hambrientos. Busca estimular a los agricultores como Maritim para que produzcan más _y de paso reemplazar los envíos de Estados Unidos y otros productores agrícolas_ proporcionándoles un mercado rentable para las cosechas locales.

El PMA comenzó esta iniciativa en 21 países, la mayoría de ellos en Africa, ante el panorama de una crisis alimentaria mundial causada por numerosos factores y que hace que el continente africano no pueda alimentarse a sí mismo.

Sin embargo, los expertos afirman que se necesitará más para lograr un cambio de rumbo en la agricultura africana. Arben Caslli, un comprador de granos del PMA, explicó algunos de los problemas que enfrentan los pequeños agricultores kenianos: no están organizados en grupos con poder de negociación, no tienen bodegas para almacenar sus cosechas ni el dinero para transportar sus productos al mercado.

Otra de las dificultades para los pequeños productores es el aumento de los precios de los fertilizantes. Frente a Maritim hay un campo sin plantar que debería estar lleno de coles, pero esta temporada no pudo pagar los fertilizantes, cuyo precio se ha cuadruplicado desde enero.

Por otra parte, los problemas creados por décadas de falta de inversión en la agricultura, las carreteras y otro tipo de infraestructura en el Africa subsahariana se han combinado con la degradación ambiental y el rápido crecimiento de la población. De los 34 países que la ONU ha dicho enfrentan emergencias alimentarias, 21 están en Africa.

Pocos se oponen a la ayuda alimentaria tras una guerra, sequías o inundaciones, pero la fuente de esos alimentos está generando debates. Los europeos acusan a Estados Unidos de soslayar las leyes internacionales que desalientan los subsidios para la agricultura al requerir que casi toda la ayuda alimentaria estadounidense sea producida por agricultores de ese país y transportada en aviones o barcos igualmente estadounidenses.

De esta forma los fondos federales regresan a la economía de Estados Unidos, y el alto costo de transportación y combustible significa una menor cantidad de alimento por cada dólar invertido.

El bloque europeo entrega toda su ayuda alimentaria en dinero para que las agencias de ayuda puedan comprar productos localmente, en apoyo a las economías en desarrollo. Por su parte, Canadá permite que la mitad de su ayuda alimentaria sea comprada a productores que no sean de ese país. Los críticos piden que las leyes agrarias estadounidenses sean modificadas de forma similar.

La iniciativa del PMA, creada en parte por las fundaciones estadounidenses Bill and Melinda Gates y Howard G. Buffett, trata de combinar la ayuda alimentaria de emergencia con el desarrollo de las economías locales. Los agricultores se organizarán en cooperativas, transportarán sus cosechas a centros de acopio cercanos y podrán confiar en contratos de compra determinados a largo plazo.

Caslli se encontraba en Kenia para comprar maíz que sería enviado a los campos de refugiados en la vecina Somalia. Los agricultores reciben del PMA un pago igual al precio del mercado, casi el doble de lo que un intermediario les otorgaría.

Los expertos afirman que los esfuerzos del PMA deben realizarse junto con reformas sustanciales que los gobiernos y los donantes se han resistido a tomar, incluyendo una reducción a los subsidios a los productos locales en Estados Unidos y Europa, lo que haría más competitivas las exportaciones africanas en los mercados del hemisferio norte.

Raj Patel, autor de "Stuffed and Starved", un libro sobre la conformación de la geografía en la industria alimentaria mundial, describió la iniciativa del PMA como un "parche para las políticas de desarrollo a largo plazo que no muestran signos de cambio".

"El programa de ayuda alimentaria estadounidense asigna 2.000 millones de dólares cada año, que minimizan los 76 millones de dólares en este proyecto", afirmó. "Es una lástima que los filántropos tengan que entrar en acción para evitar algo que es causado por las políticas deficientes actuales, las cuales pueden y deben ser reparadas no con caridad, sino con políticas" eficientes.

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