Boel aseguró que el acuerdo salvaguarda los intereses de la UE porque establece una serie de principios para la protección de las indicaciones geográficas y las menciones tradicionales y preserva el régimen comunitario de etiquetado de los vinos.
"Hemos obtenido, y es esencial, la protección de nuestras indicaciones geográficas y nuestras menciones tradicionales, cosas a las que los productores europeos daban una importancia capital", dijo.
Por su parte, el ministro australiano dijo que el acuerdo es importante porque permite a los operadores de los sectores del vino europeo y australiano conocer con seguridad el entorno comercial en el que trabajarán en el futuro.
"Para los productores australianos, simplificará el reconocimiento de los procedimientos de vinificación, así como las exigencias en materia de etiquetado", señaló Smith.
El acuerdo de 1994 establecía que los productores australianos dejarían de utilizar denominaciones europeas importantes como 'champagne', 'oporto' o 'jerez' y otras ocho indicaciones geográficas, así como diversas menciones tradicionales, como 'amontillado' o 'claret'. El acuerdo de 2008 fija las fechas precisas para poner fin al empleo de estos términos.
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