martes, 2 de diciembre de 2008

La zona euro, escéptica sobre el objetivo del plan de reactivación

BRUSELAS.- Los países de la zona euro han tomado distancias con el objetivo fijado por el plan de reactivación económica de 260.000 millones de dólares (200.000 millones de euros) contra la recesión por pensar que la barra está demasiado alta.

El portavoz de los ministros de Finanzas de la zona euro, Jean-Claude Juncker, tras una reunión con sus colegas, se negó a asumir esa cantidad global para la UE, propuesta la semana pasada por la Comisión Europea.

"Yo no pondré mucho el acento en estas cifras, lo importante es la dirección y que todo el mundo esté de acuerdo con hacer un esfuerzo importante", declaró a la prensa.

"Coordinar los planes nacionales es más importante que ponerse de acuerdo de manera teórica sobre unas cifras exactas", añadió, en una crítica apenas disimuladas al ejecutivo europeo.

Según Juncker, todos los países de la zona euro estimaron que "en general las propuestas de la Comisión van en la dirección adecuada".

También "estamos de acuerdo con los elementos cualitativos del plan" de Bruselas, añadió Juncker, es decir las propuestas sobre el contenido de las medidas (mayor gasto público, rebaja de los impuestos a los sueldos bajos, inversión en el ahorro energético etc...). Pero no necesariamente con el objetivo cuantitativo.

El plan de Bruselas, cuyo monto representa el 1,5% del PIB (Producto Interior Bruto) de la UE, está basado en un abanico de alternativas para que cada país elija la que más le convenga y propone a los países del bloque recurrir al déficit público para impulsarlo.

Previsto para dos años (2009 y 2010), el dinero del plan saldrá en su mayoría de las arcas nacionales (170.000 millones de euros), mientras que los 30.000 millones restantes serán aportados por el presupuesto comunitario y el Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Una fuente europea cercana a las discusiones reconoció que hay un debate en torno a cómo se medirá el 1,5% del PIB de contribución, porque "los esfuerzos de cada Estado serán diferentes".

El plan será objeto de debate de los 27 países de la UE el martes en Bruselas, antes de que sea sometido a los líderes europeos en su cumbre del 11 y 12 de diciembre próximos.

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, rechazó la idea de que el objetivo de los 200.000 millones está enterrado.

"No estoy de acuerdo", dijo, convencido de que al final, cuando se conozcan todos los planes nacionales, la cifra global estará "cerca" del objetivo inicial.

Ahora bien, las reservas de varios gobiernos son palpables. Alemania, presionada por sus socios europeos para que saque más la cartera, se niega en redondo a pagar más.

"No participaremos en una carrera insensata de miles de millones" de gasto, advirtió la canciller Angela Merkel en Berlín.

Ya hemos hecho mucho", estimó por su parte el ministro holandés de Finanzas, Wouter Bos, en Bruselas.

Además de Alemania, los países más escépticos al plan de Bruselas son Polonia y República Checa, que asumirá la presidencia de la UE el 1 de enero de 2009 de manos de Francia.

Las dudas se extienden también a los economistas, que se preguntan por su impacto y la capacidad de los Estados europeos de llevar adelante una acción coordinada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario