miércoles, 3 de diciembre de 2008

Legisladores piden a Bush firmeza en la ronda de Doha

WASHINGTON.- Los líderes del Senado y la Cámara de Representantes pidieron al presidente George W. Bush "mantenerse firme" en las negociaciones de la ronda de Doha en Ginebra para que países como Argentina, Brasil, China y la India acepten finalmente abrir sus mercados a nuevos flujos de comercio exterior.

Los líderes demócratas y republicanos de los comités de Finanzas del Senado y Medios y Arbitrios de la cámara baja hicieron la petición en una carta dirigida a Bush, quien el 15 de noviembre logró en Washington que los presidentes del G-20 se comprometieran a reanimar las negociaciones colapsadas en julio.

La cumbre del G-20, que agrupa a las 20 economías de mayor peso en el mundo y del cual Brasil, Argentina y México son miembros por Latinoamérica, acordó hacer todo lo posible para llegar a un acuerdo sobre la ronda, que busca nuevos parámetros para el comercio mundial de bienes y servicios. El acuerdo ha sido considerado crucial para la reactivación económica global no sólo por ese grupo sino por los gobernantes de la Cuenca del Pacífico que se reunieron el mes pasado en Lima.

"A la vez que apreciamos los esfuerzos del G-20 para resolver la crisis financiera, su posición para un acuerdo antes de fin de año en la Organización Mundial de Comercio fue prematuro", dijo Max Baucus, presidente del comité senatorial en una declaración separada.

"El acuerdo sobre la mesa no proporcionará los nuevos flujos comerciales necesarios para estabilizar la economía global. Estados Unidos no debería aceptar ningún acuerdo que no beneficie a sus agricultores y empresas, al margen de cualquier plazo", agregó.

Chuck Grassley, principal miembro republicano del comité de Baucus, dijo a su vez que era elogiable que la representante comercial Susan Schwab estuviera buscando en Ginebra un acuerdo, pero llegar a ese punto requería de "socios de buena voluntad".

"Si países como India, Argentina, China y Brasil están finalmente listos para sentarse y aceptar la apertura a los nuevos flujos comerciales, habrá una razón para reunirse", dijo. "De otra manera, no vale la pena".

La carta está también firmada por el demócrata Charles Rangel, presidente del Comité de Medios y Arbitrios, y Jim McCrery, el republicano de mayor jerarquía del mismo comité.

Rangel dijo que se necesitaba "un acuerdo que realmente abra nuevos mercados para los trabajadores, agricultores y empresarios estadounidenses y mejore los niveles de vida".

McCrery sostuvo por su parte que las actuales condiciones de la economía global requieren de una OMC "fuerte, relevante y flexible" como institución, pero el rechazo de algunos de los socios más importantes de Estados Unidos a negociar era "algo preocupante".

En la carta, los cuatro legisladores hacen notar que "muy poco" se ha logrado desde julio, cuando fracasó la reunión ministerial sin fijar fecha para una nueva reunión. Igualmente, dicen que "muchos temas críticos" siguen sin respuesta por lo que sugieren "no dejarse presionar por el reloj ni forzar a Estados Unidos a un mal acuerdo que el Congreso no podrá apoyar".

El acuerdo sobre Doha se da ya por hecho en Europa. La jefa de comercio de la Unión Europea, Catherine Ashton, dijo el martes que vendrá a Washington a comienzos del próximo año a gestionar en el Congreso la aprobación del nuevo trato, y que el director de la OMC, Pascal Lamy, se ha reunido ya para hablar del tema con miembros del equipo de gobierno de Barack Obama, quien se instalará en la Casa Blanca el 20 de enero.

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