miércoles, 3 de diciembre de 2008

Los atentados de Bombay colman un 'annus horribilis' para la india Tata

BOMBAY.- El 2008 será un año que la empresa india Tata preferirá olvidar, colmado con el atentado contra el hotel Taj Mahal Palace en Bombay, la joya simbólica de este imperio familiar.

En enero, el conglomerado Tata se encontraba en el centro del escaparate mundial, admirado y aplaudido por su proyecto de construir el automóvil más barato del mundo, el Nano, con un coste de 2.500 dólares.

Dos meses después, el grupo cerraba un acuerdo de 2.300 millones de dólares para comprar dos de las marcas británicas más emblemáticas, Jaguar y Land Rover, plantando la bandera de Tata Motors en el sector del lujo y asentando el sueño de su presidente, Ratan Tata, de crecer "mucho más allá de India".

La operación se realizó un año después de la compra, por 13.700 millones de dólares, del angloholandés Corus, en la mayor adquisición extranjera del subcontinente, que colocó a Tata entre los seis primeros productores mundiales de acero. Pero, desde la adquisición de Jaguar y Land Rover, las cosas han ido de mal en peor.

La ralentización de la economía doméstica, la contracción del crédito y la crisis económica provocaron una drástica caída de la demanda de vehículos producidos por Tata Motors.

Y la gota que colmó el vaso fue el atentado la semana pasada contra el centenario Taj Mahal, uno de los dos prestigiosos hoteles blancos de los terroristas, que mataron a casi 200 personas en Bombay.

"Ha sido un golpe terrible", admitió Ratan Tata, uno de los empresarios más respetados en India, después de visitar su lujoso establecimiento de 565 habitaciones, destrozado por balas, granadas e incendios durante la batalla que enfrentó durante tres días a los terroristas con los comandos indios.

El grupo prometió que "reconstruirá centímetro a centímetro" el hotel, aunque las obras son sólo uno de los quebraderos de cabeza de Tata.

La caída de la demanda de vehículos ha provocado el desplome de las acciones de Tata Motors en lo que va de año, depreciándose un 82%.

El lunes anunció una reducción del 30% de sus ventas de coches en noviembre y el cierre temporal de algunas de sus plantas en India.

"Los mercados clave de Estados Unidos y Europa para Jaguar y Land Rover se han deteriorado", dijo una de las vicepresidentas de la agencia Moody's, Elizabeth Allen.

"Fue una buena compra, pero en mal momento, aunque nadie sabía que habría una ralentización de tal magnitud", dijo un analista en Bombay bajo el anonimato.

Esta semana, Tata Motors, que trata de refinanciar su deuda contraída con la compra de Jaguar y Land Rover, pidió a través de anuncios en la prensa inversiones, ofreciendo un interés anual del 11%.

Mientras tanto, el Nano, llamado a hacer asequible a millones de indios la compra de un coche, tiene prevista su salida en marzo de 2009.

Su lanzamiento fue postergado varios meses por las violentas protestas que suscitó la compra de una tierra agrícola para construir la planta de fabricación, obligando a Tata a buscarse otro lugar.

En otra de sus divisiones, Corus es víctima de la caída de los precios del acero y ha debido recortar masivamente su producción.

Pese a ello, los analistas advierten contra infravalorar la habilidad del grupo -un coloso que ingresa anualmente 62.500 millones de dólares- para sobreponerse.

"Estos son tiempos duros, pero tienen suficientes recursos para mantenerse a flote, han superado otras crisis", afirmó D.H. Pai Panandiker, presidente de la fundación económica RPG.

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