miércoles, 31 de diciembre de 2008

Los cubanos buscan mejoras económicas tras 50 años de revolución

LA HABANA.- Fidel, al igual que miles de cubanos de su generación, debe su nombre al fervor despertado hace medio siglo por la revolución de Fidel Castro.

Y aunque al mecánico de 50 años no le gusta hablar de política, dice que no quiere cambiar de Gobierno, sino que le den más oxígeno para ganarse la vida.

"Nací con la revolución en la que ni todo es bueno, ni todo es malo", dijo Fidel, que no reveló su apellido.

"La gente no quiere otro Gobierno. Con este mismo pudiéramos estar mejor si nos dejara tener negocios particulares, ganar dinero y viajar libremente como ocurre en todo el mundo", agregó mientras saboreaba una pizza en un céntrico barrio de La Habana.

Cuba celebra el 1 de enero el 50 aniversario de la revolución que llevó a Castro al poder y, para algunos, es momento de hacer balance.

Fidel Castro, enfermo y apartado del poder desde mediados de 2006, fue reemplazado el pasado febrero por su hermano Raúl, que despertó expectativas de reformas económicas con pequeños gestos como abrir las puertas de los hoteles o liberar la venta de ordenadores y teléfonos móviles.

Pero, explica Fidel el mecánico, las nuevas ofertas sólo están disponibles en moneda dura que vale 24 veces más que el peso cubano con el que el Estado paga la mayoría de los salarios.

El presidente Raúl Castro dijo este fin de semana que no ha descartado las reformas, pero que ha tenido que aparcarlas debido a las dificultades económicas.

Cuba está siendo golpeada por la crisis financiera mundial, la depresión de los precios de sus exportaciones de níquel y 10.000 millones de dólares en daños causados por huracanes.

"Hay que actuar con realismo y ajustar todos los sueños a las verdaderas posibilidades", dijo Castro.

Alejandro, parte del 30 por ciento de los cubanos nacidos antes de la revolución de 1959, recuerda con nostalgia aquellos primeros años cuando la gente trabajaba, dice, sin importarle cuánto ganaba.

"Mis hijos se quejan ahora porque no les alcanza el dinero, pero mi generación trabajó duro por un sueño sin tener a veces ni qué comer", dijo el militar jubilado de 73 años.

Fidel Castro no aparece en público desde que enfermó hace dos años y medio, pero Alejandro no pierde la esperanza de volver a ver al Comandante "al menos por televisión".

Las cuentas cambian según la edad de quién las haga.

Los nietos de Alejandro, por ejemplo, nacieron después de la década de 1990, cuando la isla se sumergió en una profunda crisis económica al perder a su principal aliado y benefactor con el derrumbe de la Unión Soviética.

Desde entonces, emergió una clase con mayor poder adquisitivo que incluye a personas que reciben ingresos en divisas o remesas de sus familiares en el extranjero, o los que trafican en el mercado negro con recursos del Estado.

Yoan, que tenía unos 7 años al comienzo de la crisis económica de la década de 1990, estudió informática sin pagar un céntimo gracias al programa educacional de Fidel Castro, pero no logra mantenerse con su salario y repara ordenadores después del trabajo.

"Lo bueno sería poder vivir del trabajo, sin tener que inventar para terminar el mes", dijo el programador de 25 años.

El salario promedio en Cuba es de 436 pesos, unos 20 dólares, pero los cubanos reciben atención médica y educación gratis, además de algunos alimentos y servicios altamente subsidiados.

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