jueves, 11 de diciembre de 2008

Los líderes europeos reclaman a la banca que rebaje el Euríbor y aumente los créditos

BRUSELAS.- Los jefes de Estado y Gobierno de la UE reclamarán a los bancos que aumenten la concesión de créditos a empresas y familias para reactivar la economía y que repercutan en sus préstamos las rebajas de tipos de interés que ha aprobado en las últimas semanas el Banco Central Europeo (BCE), según consta en el borrador de conclusiones que aprobarán mañana los Veintisiete.

"El Consejo Europeo exhorta a los bancos y a las instituciones financieras a aprovechar plenamente las facilidades que se les conceden para mantener y apoyar el crédito a la economía y hacer repercutir en los prestatarios las reducciones de los tipos de interés centrales", afirma el documento.

Los Veintisiete analizarán esta noche la crisis económica en una cena de trabajo junto al presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, que esta misma semana llegó a amenazar con no hacer más bajadas de tipos si los bancos no trasladan a sus clientes la relajación del mercado monetario y afirmó que el Euríbor, el tipo al que se prestan los bancos --y al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas en España-- sigue estando "demasiado alto".

Para promover que los ciudadanos se beneficien de las bajadas de tipos, los Veintisiete subrayarán que deben aplicarse "efectivamente" los mecanismos de garantías pactados por los gobiernos europeos --en referencia a los sistemas de avales para la banca-- para que "contribuyan a disminuir el coste de financiación de las instituciones financieras en beneficio de las empresas y las familias".

El texto recalca que, con la reducción de tipos de interés, el BCE y otros bancos centrales están respaldando un "crecimiento no inflacionista" y contribuyendo a "la estabilidad financiera".

El Consejo Europeo admitirá además que los mercados financieros "siguen siendo frágiles" y por ello los gobiernos deben seguir "alerta" y aplicar "de manera prioritaria" medidas para reforzar su estabilidad y su supervisión.

En línea con las decisiones adoptadas por el G20 en la Cumbre de Washington, los jefes de Gobierno subrayarán la importancia de un acuerdo rápido con el Parlamento Europeo para reformar las normas sobre solvencia de las compañías de seguros, los fondos de inversión y la protección de los depósitos de los consumidores.

Reconocerán también la importancia de tomar "decisiones rápidas" sobre la regulación de las agencias de calificación crediticia, la supervisión financiera y las normas contables.

Los Veintisiete darán su visto bueno al plan de estímulo económico presentado por la Comisión Europea y se espera que ratifiquen el objetivo de que los incentivos presupuestarios alcancen el 1,5 por ciento del PIB de la Unión --un 1,2 por ciento correspondería a medidas nacionales y un 0,3 por ciento a ayudas europeas--.

Además, se comprometerán a revisar la aplicación del plan a partir de marzo de 2009 y a adaptarlo si es necesario. El presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, ya ha advertido de que las medidas no serán suficientes.

Está previsto que los Veintisiete respalden todo el abanico de propuestas contemplado por Bruselas --de modo que cada país pueda elegir si opta por reducir impuestos o cotizaciones sociales, o aumentar el gasto público-- pero aún se discute si habrá un respaldo explícito a "la posibilidad de aplicar tipos de IVA reducidos en los servicios con alta intensidad de mano de obra y en los productos y servicios verdes".

Pese a que cada país optará por las medidas que considere más oportunas, los líderes europeos subrayarán que su intención es actuar con "unidad, firmeza , rapidez y decisión para evitar una espiral recesiva", puesto que toda la zona euro, incluso toda la UE, "está amenazada de recesión" y advierte de que dada la "amplitud de la crisis" es necesario "un esfuerzo acrecentado y coordinado".

El documento también destaca que tienen que tener "un papel capital" las políticas "de inclusión social".

Los Veintisiete saludarán, por último, el anuncio de la Comisión Europea de que será flexible a la hora de aplicar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que obliga a los países de la eurozona a mantener sus déficits públicos por debajo del 3 por ciento. Eso sí, no está previsto que acuerden nuevos límites de déficit ni criterios para garantizar que la "vuelta rápida" a la "sostenibilidad presupuestaria".

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