Paralelamente, Lula firmó un proyecto de ley que deberá ser votado en el Congreso con carácter de urgencia para dotar de 14.200 millones de reales (5,9 millones de dólares) al fondo.
Brasil se convierte así en el país número 36 en lanzar un fondo de este tipo. En América Latina, Chile dispone de un fondo soberano financiado con recursos del cobre para amortiguar las fluctuaciones en el precio internacional del mineral.
La creación del fondo, anunciado en mayo, generó un intenso debate en el Congreso, donde la oposición rechazó su creación en momentos de crisis financiera internacional.
Después de presionar para impedir su creación, la oposición en el Senado aceptó aprobar el fondo pero logró rechazar la asignación de fondos.
El ministro de Hacienda, Guido Mantega, propuso financiar el fondo soberano con recursos presupuestarios excedentes del superávit primario, para el cual el gobierno tiene una meta de 3,8% del producto interno bruto (PIB).
Con el fondo soberano, el gobierno pretende dotar al país de un ahorro que permita compensar oscilaciones económicas en el futuro, así como financiar la internacionalización de empresas brasileñas.
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