martes, 2 de diciembre de 2008

Obama se reúne con gobernadores de más de 40 Estados norteamericanos faltos de fondos

FILADELFIA.- Gobernadores de más de 40 Estados cortos de dinero presionaron este martes al presidente electo estadounidense, Barack Obama, para recibir una fuerte ayuda del multimillonario plan de despegue económico que tiene proyectado.

En su segundo viaje fuera de Chicago desde su victoria electoral del mes pasado, Obama se reunió con estos gobernadores afectados por un déficit presupuestario estimado, en conjunto, en 200.000 millones de dólares y quienes alegan que se avecina un desastre fiscal.

"Para resolver esta crisis y aligerar la carga sobre nuestros estados, vamos a tener que actuar y vamos a tener que actuar rápidamente", dijo Obama a los gobernadores durante la reunión en Independence Hall, Filadelfia, la cuna de la nación norteamericana.

"Eso significa aprobar un plan de recuperación económica tanto para Wall Street como para la gente de la calle", precisó Obama, prometiendo hacer despegar la economía, crear 2,5 millones de puestos de trabajo y otorgar recortes impositivos a la clase media en dificultades.

"El cambio no sólo vendrá de Washington, vendrá de todos ustedes", agregó, ofreciendo una "asociación" a los gobernadores.

El reclamo de miles de millones de dólares de los contribuyentes tiene lugar en medio de alarmantes predicciones de que los Gobiernos estatales, asediados por una contracción del crédito debida a la crisis financiera, se verán obligados a hacer fuertes recortes en los servicios sociales.

El lunes, el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, advirtió de que su enorme Estado -que por sí solo sería la sexta mayor economía del mundo-, "se encamina hacia un desastre fiscal".

Los gobernadores estatales se dicen víctimas de la recesión, cuya existencia se confirmó oficialmente el lunes, al tiempo que son golpeados por la caída de los ingresos impositivos y se ven abrumados por los reclamos de ayuda de sus ciudadanos.

Advierten de que o bien deberán recortar servicios -como la atención a la salud para los pobres y la educación- o subir los impuestos, una decisión que dicen podría enlentecer la recuperación, a menos que consigan ayuda del Gobierno federal.

Obama, acompañado por el vicepresidente electo estadounidense, Joseph Biden, también le extendió la mano a los republicanos, incluyendo a la gobernadora de Alaska y ex candidata a la vicepresidencia, Sarah Palin, quien durante la campaña lo acusó de "ser amigo de terroristas".

"Les ofrezco la misma mano amistosa, el mismo compromiso de asociación que a mis colegas demócratas", dijo Obama.

El gobernador de Pensilvania, Ed Rendell, presidente de la Asociación Nacional de Gobernadores, señaló que el Gobierno podría canalizar miles de millones de dólares del anunciado plan de estímulo hacia el rápido comienzo de proyectos de infraestructura para incentivar la economía.

Rendell, quien afirma que muchos Estados han sido fiscalmente más prudentes que las endeudadas firmas de Wall Street, acusadas de encender la crisis, rechazó versiones de que los gobernadores estuvieran "mendigando dinero".

"Definitivamente no es esa la razón por la que estamos aquí", afirmó.

Obama y los demócratas del Congreso prometieron aprobar un ley de estímulo para después de la toma de mando de Obama el 20 de enero, a fin de crear 2,5 millones de empleos y que costaría hasta 700.000 millones de dólares.

Rendell dijo el lunes que los gobernadores tienen unos 136.000 millones de dólares en proyectos de infraestructura, como la construcción de caminos y la reparación de puentes, listos para arrancar, lo cual crearía inmediatamente puestos de trabajo e impulsaría el Producto Interior Bruto (PIB).

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