SANTIAGO DE COMPOSTELA.- La economía gallega se enfrentará desde enero de 2009 a un nuevo desafío, ya que Portugal pondrá en marcha un modelo fiscal similar al de Irlanda para atraer a su territorio a compañías de la comunidad autónoma. La Xunta y el ejecutivo de Castilla y León pedirán medidas similares al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para evitar un éxodo empresarial.
La receta del primer ministro de Portugal y líder de los socialistas lusos, José Sócrates, es contundente: una rebaja, del 25% al 12,5%, del Impuesto de Sociedades. El nuevo tipo estará muy lejos del 30% –el 25% para las Pymes– que existe en España, un gravamen que se sitúa por encima de la mayor parte de los de los países europeos, cuya media es del 23,6%, según los últimos datos de Eurostat.
“Gran parte de las 300.000 firmas, el 80% Pymes, a las que beneficiará la medida, podrían ser compañías de zonas españolas limítrofes, que tienen la posibilidad de trasladar sus sedes sociales a territorio luso en busca de ventajas fiscales”, aseguró Sócrates en la presentación de los presupuestos lusos para el próximo ejercicio.
Las repercusiones de esta noticia no han sido las mismas en las comunidades autónomas afectadas. En Castilla y León, el debate ha calado; oceános de tinta de sus medios de comunicación alertan de los riesgos de la apuesta lusa.
En Galicia, la reacción está siendo menor, salvo en el caso de la patronal de empresarios, que demanda una actuación preventiva antes de que sea demasiado tarde.
Además de los casos gallego y castellano-leonés, Extremadura y Andalucía temen también un efecto devastador. El próximo 21 de diciembre, una cumbre interministerial entre España y Portugal, que se celebrará en Viana do Castelo, servirá para poner encima de la mesa esta nueva amenaza.
Limitaciones
El margen de actuación de la Xunta gallega es escaso, porque las autonomías no tienen capacidad para aplicar rebajas fiscales. Son medidas que corresponden al Gobierno central.
En la reforma acometida en la actual legislatura, el Impuesto de Sociedades que pagan las grandes empresas se ha reducido del 35 al 30% en el porcentaje que abonan de sus beneficios, mientras que el de las Pymes lo ha hecho del 30 al 25%. Una bajada insuficiente ante la nueva realidad portuguesa.
“Si hay margen de maniobra para hacerlo, lo haremos”, asegura Pedro Solbes, ministro de Economía, sobre la posibilidad de seguir el camino iniciado por los portugueses.
“Sin embargo, utilizar la situación económica para bajar los impuestos, sabiendo que con crecimientos menores la recaudación también será menor, es en ocasiones pan para hoy y hambre para mañana”, afirmó el dirigente socialista, que siempre se muestra muy cauto a la hora de valorar la posible adopción de soluciones coyunturales.
Galicia y el Norte de Portugal están muy interesados en potenciar la idea de la Eurorregión, pero las medidas aprobadas por Sócrates pueden convertir a los municipios lusos en una esponja de pequeñas sociedades gallegas.
El debate en la Comunidad Autónoma se centra más en qué ayuntamiento es el más indicado para acoger la sede de la Eurorregión, con estrategias de guerrillas entre Vigo y La Coruña, que han provocado la llamada a la paz del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño.
A escasos metros de una recesión, los empresarios demandan un análisis más detallado de la situación, advirtiendo de que la marcha de empresarios al norte de Portugal será imparable si no se actúa a tiempo.
“Esta medida tributaria se produce en un país que sigue siendo Objetivo Uno para las ayudas europeas, frente a comunidades españolas que han dejado de serlo o están a punto, y sus empresas reciben menos ayudas de Estado”. Son palabras de Pilar del Olmo, consejera de Hacienda de Castilla y León.
La receta del primer ministro de Portugal y líder de los socialistas lusos, José Sócrates, es contundente: una rebaja, del 25% al 12,5%, del Impuesto de Sociedades. El nuevo tipo estará muy lejos del 30% –el 25% para las Pymes– que existe en España, un gravamen que se sitúa por encima de la mayor parte de los de los países europeos, cuya media es del 23,6%, según los últimos datos de Eurostat.
“Gran parte de las 300.000 firmas, el 80% Pymes, a las que beneficiará la medida, podrían ser compañías de zonas españolas limítrofes, que tienen la posibilidad de trasladar sus sedes sociales a territorio luso en busca de ventajas fiscales”, aseguró Sócrates en la presentación de los presupuestos lusos para el próximo ejercicio.
Las repercusiones de esta noticia no han sido las mismas en las comunidades autónomas afectadas. En Castilla y León, el debate ha calado; oceános de tinta de sus medios de comunicación alertan de los riesgos de la apuesta lusa.
En Galicia, la reacción está siendo menor, salvo en el caso de la patronal de empresarios, que demanda una actuación preventiva antes de que sea demasiado tarde.
Además de los casos gallego y castellano-leonés, Extremadura y Andalucía temen también un efecto devastador. El próximo 21 de diciembre, una cumbre interministerial entre España y Portugal, que se celebrará en Viana do Castelo, servirá para poner encima de la mesa esta nueva amenaza.
Limitaciones
El margen de actuación de la Xunta gallega es escaso, porque las autonomías no tienen capacidad para aplicar rebajas fiscales. Son medidas que corresponden al Gobierno central.
En la reforma acometida en la actual legislatura, el Impuesto de Sociedades que pagan las grandes empresas se ha reducido del 35 al 30% en el porcentaje que abonan de sus beneficios, mientras que el de las Pymes lo ha hecho del 30 al 25%. Una bajada insuficiente ante la nueva realidad portuguesa.
“Si hay margen de maniobra para hacerlo, lo haremos”, asegura Pedro Solbes, ministro de Economía, sobre la posibilidad de seguir el camino iniciado por los portugueses.
“Sin embargo, utilizar la situación económica para bajar los impuestos, sabiendo que con crecimientos menores la recaudación también será menor, es en ocasiones pan para hoy y hambre para mañana”, afirmó el dirigente socialista, que siempre se muestra muy cauto a la hora de valorar la posible adopción de soluciones coyunturales.
Galicia y el Norte de Portugal están muy interesados en potenciar la idea de la Eurorregión, pero las medidas aprobadas por Sócrates pueden convertir a los municipios lusos en una esponja de pequeñas sociedades gallegas.
El debate en la Comunidad Autónoma se centra más en qué ayuntamiento es el más indicado para acoger la sede de la Eurorregión, con estrategias de guerrillas entre Vigo y La Coruña, que han provocado la llamada a la paz del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño.
A escasos metros de una recesión, los empresarios demandan un análisis más detallado de la situación, advirtiendo de que la marcha de empresarios al norte de Portugal será imparable si no se actúa a tiempo.
“Esta medida tributaria se produce en un país que sigue siendo Objetivo Uno para las ayudas europeas, frente a comunidades españolas que han dejado de serlo o están a punto, y sus empresas reciben menos ayudas de Estado”. Son palabras de Pilar del Olmo, consejera de Hacienda de Castilla y León.
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