ASUNCIÓN.- Los alimentos, vestimentas y calzados que ingresan de contrabando a Paraguay, principalmente de Argentina y Brasil, inundan estos días los comercios y mercados populares según se aproximan las fiestas de Fin de Año.
Este mes aumentó en Asunción, y en las localidades aledañas, la oferta de harina, aceite, azúcar, carne, lácteos, pan de Navidad, así como licores, que son ofrecidos en puestos callejeros a precios inferiores a los de los negocios con patentes de importación o de venta legal.
El director del Departamento Técnico Aduanero de Vigilancia Especial, Carlos Fernández, dijo que en casi 200 operaciones de control ejecutadas desde el 20 de agosto, cinco días después de que asumiera la Presidencia Fernando Lugo, se han decomisado productos por valor de 700.000 dólares.
La legislación castiga con penas de hasta cinco años de prisión el contrabando, uno de los mayores flagelos de la economía de este país, donde, no obstante, la mayor parte de la represión no va más allá de la confiscación de la mercancía.
"En estas fechas siempre aumenta el ingreso ilegal de mercaderías. De hecho, los contrabandistas buscan alternativas para evadir los controles, pero estamos atacando con fuerza", señaló el funcionario.
El organismo cuenta con equipos tácticos, "prácticamente, las 24 horas, en las calles", apuntó Fernández, quien indicó que la vigilancia se centra en la zona de los cruces de frontera y los puestos ambulantes de venta.
En ese sentido, el presidente de la Cámara Paraguaya de Supermercados, Elzear Salemma, sugirió "controlar la frontera, solicitar facturas y pedir detalles de despacho de los productos que tienen" los vendedores informales.
"Ese control interno que se haga va a desanimar bastante el contrabando, pero si no se hace, sería como darles vía libre", aseveró.
Salemma consideró además que "da la impresión de que (los contrabandistas) tienen la complacencia y eso no es agradable cuando uno tiene la responsabilidad de pagar salarios a un grupo grande de empleados".
Los productos argentinos o brasileños son más baratos debido a la diferencia cambiaria con respecto a la moneda paraguaya, con lo que se vuelven más competitivos que los de los comercios formales.
Salemma explicó que el real brasileño ha registrado una caída del 47% frente al 23% del guaraní con respecto al dólar, como consecuencia de la crisis financiera mundial.
El empresario señaló que aún no han sido cuantificadas las perdidas generadas al sector por el contrabando en estos días, aunque sostuvo que "el crecimiento que venían sosteniendo los supermercados se vio enormemente afectado por este problema".
Los productos que evaden los controles aduaneros ingresan al país en la zona de los puestos fronterizos de las localidades de Puerto Falcón y Nanawa, con Argentina, a unos 25 kilómetros al norte de la capital y colindantes con la localidad argentina de Formosa.
También son utilizadas pequeñas embarcaciones que descargan mercancías en puertos clandestinos en varios tramos del río Paraguay, límite natural entre el país y Argentina.
Entran también por Encarnación, a 370 kilómetros al sur de la capital paraguaya y vecina a la ciudad argentina de Posadas, y por Ciudad del Este, colindante con la brasileña Foz do Iguazú, puerta de ingreso de azúcar y pollos.
Ciudad del Este, que concentra la mayor actividad comercial paraguaya, es la principal vía del contrabando de materiales informáticos, en su mayoría falsificados, además de armas y drogas.
Este comercio ilícito se registra asimismo con el ingreso de vestimenta y calzado a través de la Ruta Transchaco, que atraviesa la árida Región Occidental paraguaya (Chaco) y que conecta Asunción con la ciudad boliviana de Santa Cruz.
Este mes aumentó en Asunción, y en las localidades aledañas, la oferta de harina, aceite, azúcar, carne, lácteos, pan de Navidad, así como licores, que son ofrecidos en puestos callejeros a precios inferiores a los de los negocios con patentes de importación o de venta legal.
El director del Departamento Técnico Aduanero de Vigilancia Especial, Carlos Fernández, dijo que en casi 200 operaciones de control ejecutadas desde el 20 de agosto, cinco días después de que asumiera la Presidencia Fernando Lugo, se han decomisado productos por valor de 700.000 dólares.
La legislación castiga con penas de hasta cinco años de prisión el contrabando, uno de los mayores flagelos de la economía de este país, donde, no obstante, la mayor parte de la represión no va más allá de la confiscación de la mercancía.
"En estas fechas siempre aumenta el ingreso ilegal de mercaderías. De hecho, los contrabandistas buscan alternativas para evadir los controles, pero estamos atacando con fuerza", señaló el funcionario.
El organismo cuenta con equipos tácticos, "prácticamente, las 24 horas, en las calles", apuntó Fernández, quien indicó que la vigilancia se centra en la zona de los cruces de frontera y los puestos ambulantes de venta.
En ese sentido, el presidente de la Cámara Paraguaya de Supermercados, Elzear Salemma, sugirió "controlar la frontera, solicitar facturas y pedir detalles de despacho de los productos que tienen" los vendedores informales.
"Ese control interno que se haga va a desanimar bastante el contrabando, pero si no se hace, sería como darles vía libre", aseveró.
Salemma consideró además que "da la impresión de que (los contrabandistas) tienen la complacencia y eso no es agradable cuando uno tiene la responsabilidad de pagar salarios a un grupo grande de empleados".
Los productos argentinos o brasileños son más baratos debido a la diferencia cambiaria con respecto a la moneda paraguaya, con lo que se vuelven más competitivos que los de los comercios formales.
Salemma explicó que el real brasileño ha registrado una caída del 47% frente al 23% del guaraní con respecto al dólar, como consecuencia de la crisis financiera mundial.
El empresario señaló que aún no han sido cuantificadas las perdidas generadas al sector por el contrabando en estos días, aunque sostuvo que "el crecimiento que venían sosteniendo los supermercados se vio enormemente afectado por este problema".
Los productos que evaden los controles aduaneros ingresan al país en la zona de los puestos fronterizos de las localidades de Puerto Falcón y Nanawa, con Argentina, a unos 25 kilómetros al norte de la capital y colindantes con la localidad argentina de Formosa.
También son utilizadas pequeñas embarcaciones que descargan mercancías en puertos clandestinos en varios tramos del río Paraguay, límite natural entre el país y Argentina.
Entran también por Encarnación, a 370 kilómetros al sur de la capital paraguaya y vecina a la ciudad argentina de Posadas, y por Ciudad del Este, colindante con la brasileña Foz do Iguazú, puerta de ingreso de azúcar y pollos.
Ciudad del Este, que concentra la mayor actividad comercial paraguaya, es la principal vía del contrabando de materiales informáticos, en su mayoría falsificados, además de armas y drogas.
Este comercio ilícito se registra asimismo con el ingreso de vestimenta y calzado a través de la Ruta Transchaco, que atraviesa la árida Región Occidental paraguaya (Chaco) y que conecta Asunción con la ciudad boliviana de Santa Cruz.
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