domingo, 14 de diciembre de 2008

Repatrían a doce marineros filipinos abandonados en el puerto argentino de La Plata

MANILA.- Después de tres semanas sin provisiones, doce marineros filipinos pudieron desembarcar en el puerto argentino de La Plata. Permanecieron casi cuatro meses en un barco carguero de bandera liberiana, perteneciente a una firma que quebró y los abandonó a bordo. A bordo del buque Symphony I sólo quedaron el capitán (de origen ruso) y un marinero indonés.

Pese a que la ley argentina obliga a contar con una tripulación mínima sobre la nave, el consulado de Liberia y la dirección de Migraciones La Plata resolvieron firmar el documento de salida para los tripulantes "por cuestiones humanitarias".

Horas después del desembarco, los doce marineros partieron para Filipinas. Sin embargo, la situación que les espera es de completa incertidumbre, ya que la firma griega Harmony Navigation, dueña del buque, perdió un juicio millonario con una entidad financiera, según explicó el cónsul de Liberia, Gerardo Bernstein.

"Los marineros están abandonados por los dueños del buque. Hace meses que no les pagan su salario y se quedaron sin alimentos y agua potable hace tres semanas. Por una cuestión humanitaria se decidió repatriarlos, firmamos el documento de salida y conseguimos todos los boletos para su regreso a Filipinas", señaló el cónsul.

Hambre y cansancio, fueron las dos palabras que salieron de la boca de Faustino Pintas, un marinero de 50 años que resistió durante días sin agua y sin comida.

Para él y el resto de sus compañeros pisar tierra fue un alivio. "Estamos contentos con que esto se haya solucionado y podamos regresar", contó en su idioma.

Pinta, que tiene residencia en Manila, hace dos años que no ve a su familia por su oficio de marinero, aunque todavía es una incógnita si percibirá el sueldo de sus últimos meses de trabajo.

El capitán del buque y un ayudante, de origen indonés, quedaron a bordo para cumplir con las reglamentaciones navieras que obligan a mantener una dotación mínima para poder operar mientras el barco se encuentra fondeado.

Según explicó el cónsul de Liberia, "estamos a la espera de que algún puerto reciba al buque y así los dos tripulantes puedan bajar".

La nave, que desde septiembre se encuentra fondeada en la rada del Puerto la Plata, tendría un embargo de 8 millones de dólares. "La empresa enfrenta en el país cuatro juicios por incumplimientos con clientes y con proveedores, por lo cual se podría llegar a subastar el barco", sostuvo Bernstein.

Según dijo la médica Liliana Ávila, de la Cruz Roja Argentina, "los dos tripulantes a bordo se encuentran bien de salud y le dimos las provisiones que reclamaron, como agua mineral, carne y pan".

Sólo el cuarto oficial de máquinas tuvo que ser atendido por los médicos por sufrir una lumbalgia.

Por otro lado, la Cruz Roja informó que continuarán "monitoreando la situación (de los marineros) hasta la resolución del conflicto".

Además, los tripulantes reciben la asistencia de Apostolado del Mar, una red católica internacional, encargada de socorrer a navegantes en problemas y de Cáritas La Plata.

Del desembarco participaron, Prefectura La Plata, el cónsul general de la Embajada de Filipinas, Edgardo Manuel y el director de Migraciones de La Plata, Guillermo Nazars.

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