La medida forma parte de toda una batería de medidas que supondrán del orden de 26.000 millones de euros para relanzar la economía francesa.
El mandatario galo destacó durante la presentación del plan lo "prioritario" de atender las necesidades del sector del automóvil, que da empleo al 10% de la población activa en Francia y es, junto a la construcción, el que se encuentra en el "epicentro" de la actual crisis financiera.
Así, el objetivo de la prima anunciada hoy es en primer lugar el de dar salida a los stocks para poder reanudar la producción e incitar a los franceses a renovar su coche. También se desbloqueará el crédito para la compra, abriendo en los organismos de crédito de los constructores una línea de financiación de 1.000 millones que contará con la garantía del Estado.
"Dado que la única firma que cuenta hoy es la del Estado, el Estado debe firmar y dar su garantía para que la economía se financie", presumió Sarkozy. Y para ayudar a las empresas que dependen del sector del automóvil se creará un fondo de reestructuración dotado al mismo tiempo por constructores y por el Estado a través de un fondo estratégico de inversión ya creado.
Sarkozy justificó estas medidas para evitar que la industria automovilística francesa se sitúe en desventaja respecto a su competencia norteamericana, pero también advirtió seriamente a los constructores automovilísticos de que el Estado no apoyará a quienes deslocalicen su producción en el extranjero y que no permitirá el desmantelamiento del tejido industrial francés.
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